Ya está controlado, eso dicen las autoridades, y ojalá sea cierto. 15.000 hectáreas arrasadas por un fuego que se ha visto favorecido por los vientos alisios y las altas temperaturas, desplazándose por las copas de los árboles a 13 metros por minuto en algunas zonas. Los operativos jugándose la vida, y seguro que entre ellos se encontraba el hijo de puta que prendió los conatos, pero por ahora prefiero centrarme en la feliz noticia.
La verdad es que cada vez que he leído alguna noticia sobre el incendio me han dado ganas de llorar, por toda esa masa forestal y esos animales perdidos, pero claro, eso sólo lo puede entender alguien que ame sus islas, con más del 50% del territorio protegido.