Hogar

Invernaderos luminososA estas horas mi gabinete de asesoramiento literario se encuentra cerrado así que me aventuraré a publicar un microrrelato sin haber pasado por revisión.

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Esperó con los ojos cerrados un cálido recibimiento pero entonces recordó que allí ya no había nadie.

La imagen la he puesto porque me gusta, no es porque guarde relación con el texto. O tal vez sí, quién sabe.

Fotografiando la noche

Man on the MoonSiempre me ha gustado la fotografía nocturna, no lo voy a negar, pero hasta hace poco no me había propuesto hacer una excursión por algunos miradores que conozco para hacer una pequeña sesión fotográfica. Llevaba días pensando en el tema y anoche por fin me decidí a salir, cámara y trípode en mano cual explorador, a cazar instantáneas. Tengo que comentar que mi experiencia en el tema tiende a cero así que, como era de esperar, después de muchos intentos infructuosos logré tomar alguna que otra foto medianamente aprovechable.

Aquí van un par de consejos cortesía de la casa después de mucho ensayo y error:

  • Imprescindible usar un trípode, no hay excusas posibles. Da igual que tengas pulso de neurocirujano, nadie tiene tanto control de sí mismo como para aguantar más de medio segundo sin moverse, aunque sea lo más mínimo. Es probable que en alguna ocasión encuentres algún lugar firme donde poder colocar tu cámara si no lo llevas encima pero no suele ser lo normal. Barandillas, piedras y otras superficies no son lo más aconsejable para la integridad física de tu material. Si tienes una cámara compacta ultraligera te pueden servir esos trípodes de juguete que se pueden doblar de cualquier forma, pero si tienes una DSLR tienes que optar por algo más profesional y consistente. La calidad se paga, así que hazte una idea que esos tres palos amarrados con una cuerda no te van a servir de mucho.
  • Configura tu cámara en una sensibilidad ISO por debajo de 200. Las fotografías nocturnas requieren de largos períodos de exposición y hay quien pueda pensar «pues aumento la sensibilidad de la película y me ahorro tiempo» pero es un error grave porque de esta manera conseguirás un granulado del tamaño de lentejas.
  • Bloquea tu diafragma a f/8, hazme caso. Hay quien pueda pensar «abro el diafragma al máximo y así consigo más iluminación en menos tiempo» pero así conseguirás que los puntos de luz aparezcan tan grandes como bolas de fuego, lo cual es especialmente molesto cuando en la imagen aparece una fuente luminosa potente como puede ser la Luna.
  • Distintas velocidades del obturador, distintos resultados. Si te apetece y tienes ganas de investigar prueba a trastear con la velocidad del obturador pero ten en cuenta que por debajo de cuatro segundos no vas a conseguir sino negrura. Ojalá las cámaras funcionasen igual que nuestros ojos, pero no es así, así que aunque vayas a fotografiar un edificio tan iluminado que te duelan los ojos con tan sólo mirarlo tu cámara es lo más parecido a un topo, así que no te asustes.
  • Usa un disparador remoto o con temporizador. No, no es un capricho, es para evitar la vibración en la cámara cuando pulsamos el botón y puede ser la diferencia entre una foto bien enfocada o un asco de luces y formas. Recuerda la larga exposición, cualquier pequeño movimiento se va a notar sí o sí, así que ni rozar la cámara o el trípode mientras está el obturador abierto.
  • Por último, y no menos importante, dispara en RAW siempre, sea de día o de noche. ¡Aprovecha la verdadera capacidad de tu cámara!

Por cierto, si vas a fotografiar algún paisaje intenta que sea un día con el ambiente especialmente libre de polución como después de haber llovido, que suele ser el mejor momento. La mierda en suspensión brilla con inusitada facilidad cuando las luces de la ciudad la iluminan, y mucho más si tenemos en cuenta el tiempo de exposición de la fotografía.

La Laguna

Ahora me toca buscar en Google más trucos para intentar seguir mejorando. Creo que debería empezar por dejar de coger prestado el trípode de mi padre y comprar uno en condiciones para mí. Ah, y un disparador de infrarrojos tampoco estaría nada mal, o ese objetivo Tamron que me tiene enamorado, o…

Castaño

Según mi gabinete de asesoramiento literario este intento de microrrelato cumple las normas. Además, no quiero usar ninguna imagen en este post para evitar que el contexto pueda desviar la trama.

Castaño
Te busqué, pero ya te habías ido.

La verdadera historia que hay detrás se mantiene bajo secreto de sumario.

Pensamientos apócrifos

A veces logramos encontrar un lugar donde poder echar una mirada hacia nuestro interior y es entonces cuando afloran hacia la superficie multitud de ideas que quizás llevaban demasiado tiempo bajo las densas aguas del pensamiento racional.

Uno de los mayores errores del ser humano es pensar que el corazón, tratándose de un músculo involuntario, es el responsable de las emociones. ¿Por qué no un bíceps o un cuádriceps? Esta idea surge debido a que cuando recibimos algún tipo de información con una gran carga emocional se produce en nuestro pecho una punzada, a menudo dolorosa, que interpretamos como una herida en nuestro corazón. No es más que una contracción violenta cuyo origen se encuentra en otro lugar.

Las emociones y los sentimientos tan sólo se encuentran en nuestra mente y pueden llegar a ser tan poderosos como para influir directamente sobre el funcionamiento de otros órganos de nuestro cuerpo como, por ejemplo, el propio corazón. Es una idea romántica el considerar a este órgano como motor de la vida y de las emociones, pero nada más allá de los versos de amor y tristeza. Bombear sangre a todo nuestro cuerpo es un trabajo suficientemente intenso como para andar preocupándose de otros menesteres.

Se trata de una mentira, piadosa o no, pero nada más. Como en todo, hay quien sabe mentir mejor y peor. No me gustan las personas mentirosas pero confieso que en ciertos aspectos admito que hacen gala de una gran memoria ya que deben recordar todos los detalles de la verdad y, además, aquellos detalles concernientes a su mentira. Por si esto no resultase suficientemente complicado, además tienen capacidad para hacer creer en su falsa veracidad.

No importa lo grande que sea la mentira sino lo bien que logres aparentar que se trata de una verdad. Esta es la máxima en este mundo de apariencias en el que muy pocas cosas son realmente ciertas salvo las pérdidas. Es algo que nos une, independientemente de nuestras diferencias, todos perdemos algo en nuestra vida. En ocasiones ocurren más a menudo de lo que desearíamos y casi siempre son tomadas como acontecimientos negativos. La clave radica en la capacidad personal de interpretarlas como nuevas oportunidades que surgen para marcarnos nuevas metas a alcanzar.

¿Quiénes somos? Podríamos afirmar que somos ese conjunto de creencias que cada individuo ha creado sobre sí mismo, y es verdad, pero además de esa propia imagen que hemos forjado sobre nosotros mismos también somos todas esas imágenes que cada persona que conocemos ha construido sobre nosotros. Soy un hombre de fuertes convicciones y hay muy pocas personas que me importen lo suficiente como para que la imagen que han formado sobre mí me preocupe pero, afortunadamente, no todo el mundo es igual.

Creo que esas personas que aparentan son las que más preocupadas están por esa imagen externa que existe sobre ellas ya que, al fin y al cabo, su mundo se basa en reflejos sobre máscaras de porcelana, maquillaje emocional, materialismo superfluo y capacidad de mimetismo. En realidad estas personas despiertan cierta lástima ya que su autoestima depende directamente del juicio de los demás. Además, obligarse a no ser uno mismo muestra una actitud vacía y triste ante la vida y las relaciones interpersonales. Personalmente prefiero ser odiado por ser quien soy que ser querido por aquello que aparento ser.

Hace tiempo, y basándome en la experiencia, sostenía que existen personas que no están preparadas para mantener una relación de pareja pero una vez más me equivocaba en mi razonamiento. Todo el mundo está preparado para tener pareja, tan sólo es cuestión de encontrar a alguien compatible, alguien afín a tus intereses, a tu forma de pensar y actuar. La confianza en uno mismo es fundamental, creer en las propias posibilidades, esperar lo mejor y prepararse para lo peor.

No son más que pensamientos apócrifos, estos pensamientos y más se encuentran en Adiós, amor.

Tengo un pelo en la boca

Ahora que he descubierto el Vector Magic, programita fantástico para vectorizar imágenes, y el Inkscape, completísimo editor de imágenes vectoriales, me he puesto a ello y se sacado de la chistera una idea que hacía tiempo que me rondaba: la camiseta «tengo un pelo en la boca y no sé de qué coño es».

pelo