Vamos a ver, porque ya me estoy mosqueando demasiado. ¿Por qué coño entras a una carrera vocacional? ¿Por qué le quitas la plaza a alguien que sí quiere ser Fisioterapeuta sólo porque tienes una media alta y no sabes qué carrera escoger? Tu título no vale una mierda, no digas por ahí que eres Fisioterapeuta porque no lo eres, eres un despojo universitario con un título grapado al pecho que exhibes con orgullo pero que te merece el mismo respeto que el papel higiénico.
Por lo menos tienes la cara de decirme que no te gusta la carrera que estudiaste, y ten en cuenta que no digo profesión porque esa palabra lleva asociadas muchas connotaciones de las que tú no cumples ni una. "Es que es un trabajo muy monótono"; sólo al decirme eso me haces ver que no te has parado a pensar en el mundo que supone la Fisioterapia, la capacidad de variabilidad que te propone y el abanico de posibilidades terapéuticas que implica. Si has trabajado para una mutua y sólo has puesto las tres o cuatro cosas que te mandan pues es normal que pienses así, pero no te bases en esa experiencia para imponer ese cartel a una especialidad tan bonita y tan amplia.
Pero bueno, siempre has sido "especial", desde el primer año de carrera, y hay cosas que no se pueden cambiar. Lo mejor hubiese sido no acabar los estudios y pedir un cambio de expediente a los que estás cursando ahora mismo, que por lo visto y según tú no es algo tan monótono. Ah, espera, ¿no será que el estímulo monetario es una tentación demasiado grande? A lo mejor por eso te has vuelto una tránsfuga, porque tienes en mente cobrar un sueldo mayor que el que tenías de fisioterapeuta…
Me avergüenzo, porque son "los fisios" como tú los que minan mi profesión. Si simplemente hubieses dicho que no te gustaba la Fisioterapia lo podría llegar a digerir, pero una vez que la insultas no mereces respeto alguno. Sólo espero que no vuelvas a ejercer jamás, por el bien de tus pacientes y de los demás fisioterapeutas.
Defeco sobre los intrusistas, esos que realizan técnicas propias de la Fisioterapia sin tener un título para ello, sólo un trozo de papel que dice que saben hacer tal o cual terapia, expedido por quién sabe qué entidad que posee quién sabe qué tipo de acreditación para tal fin. Pero sobre todo defeco sobre esos fisioterapeutas que se dedican a dar cursos de ese tipo, es decir, formando intrusistas que luego son contratados en puestos que corresponden a fisioterapeutas por menos dinero. Luego son esos intrusistas los que dan mala fama a una terapia porque simplemente carecen de formación adecuada en anatomía, fisiología o biomecánica, tres pilares básicos. Ya el colmo es cuando se hacen pasar por fisioterapeutas o rehabilitadores o todo esa lista de pseudónimos que suelen colgar en sus puertas, cuando en realidad no merecen respeto alguno.
Bueno, este fin de semana fue el segundo seminario del curso de regeneración de partes blandas a cargo de Alfons Mascaró. La sensación general fue la saturación de conocimientos porque este hombre sabe demasiado como para dar todo lo que tenía que dar en sólo dos fines de semana. Ojalá hubiese sido el curso aquí, pero bueno…
Aprovechamos que estaba [M] en Las Palmas y nos sirvió de guía turístico nocturno, para la zona de Las Canteras el viernes y la zona de Vegueta el sábado. Ya quedé con [M] para volver un fin de semana y salir en serio, coger olas y no tener que madrugar.
A ver si me pasan el video de curso y les pongo aquí mi sesión de maltrato [literalmente] cuando hice de voluntario para los ejercicios de propiocepción. Acabé hecho mierda…
P.D. La ciudad me sigue pareciendo fea, los canariones siguen conduciendo igual de mal y las canarionas siguen manteniendo el listón alto.
El viernes me levanté un poco más tarde de lo normal porque no iba a trabajar, me iba a un curso en Las Palmas de Gran Canaria y el barco sale a las 11. El curso empezaba a las 15:30 pero no había otra opción para viajar a la isla de enfrente en otro horario más adecuado. Fui con [J] a la terminal del Puerto y estuvimos esperando hasta la hora. Mientras tando yo me entretenía preguntando a toda aquella persona con aspecto de estudiante para ver si podíamos hacer el trapiche necesario para que nos saliese el coche gratis. Al final, después de varios intentos, encontramos a un candidato que no era estudiante, pero como era menor de 26 y tenía el carnet de estudiante caducado pues lo intentamos a ver si funcionaba, y funcionó.
Primera impresión al llegar a Gran Canaria: el monumento canarión por excelencia no estaba en su sitio, sólo quedaba como testigo "el Muñón de Dios" como un recuerdo. Bromas aparte, no se puede negar que la parte de la isla que vimos es más fea que el aborto de un perenquén [toda la zona norte que se ve desde la especie de autovía esa desde Agaete hasta Las Palmas]. Lo único que me gustó es la atención que le presta el Cabildo a los surferos y bodyboarders, cosa que aquí no se ve.
Las Palmas, una ciudad que parece hecha a la prisa, con gente que va con prisa por las aceras y conductores que conducen fatal y con prisa. No sé, pero aquí no se ven esas cosas, o al menos yo no las he visto. Además, el hecho de que no haya un desnivel que te sirva de guía sobre qué está arriba y qué está abajo sólo conseguía acentuar mi sensación de malestar y de andar perdido. Un dato a tener en cuenta es que incluso los canariones que no viven en la ciudad se refieren a ella con asco, por algo será. No conozco a nadie que se avergüenze de Santa Cruz, sinceramente.
Gracias a un plano de la ciudad logramos llegar sin problemas al centro de fisioterapia donde se impartía el curso. La poca gente de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria parecían estar obsesionados con la osteopatía. Las preguntas que le hacían a Alfons Mascaró la mayor parte de las veces no tenían que ver con el temario del curso, pero bueno. La parte teórica estaba muy bien estructurada y era muy interesante, pero era continuamente interrumpido por preguntas a cargo de un tío bastante pesado, que necesitaba la opinión de Alfons para cualquier cosa, como si quisiese corroborar que lo que decía era correcto o no sé. La parte práctica también estaba organizada y planificada, sólo que las continuas preguntas de los canariones osteópatas rompían con el hilo de la explicación.
Me tocó de pareja de una chica canariona que curiosamente era fisio y no había hecho nada de osteopatía [¡bien!] pero que en cuanto me encontró un punto gatillo en el subescapular según ella [dorsal mayor según yo] se puso a intentar hacer una técnica de Jones pero mal hecha. Vamos, que en lugar de buscar la posición de no dolor, se empeñaba en verme con la cara regañada por el dolor de la presión de su pulgar. Al ver que no surtía mucho efecto dijo que si tuviese las agujas me ponía la punción seca. Mi cara con los ojos desorbitados debía de decir mucho, pero tuve que reafirmarme diciendo que ni de coña. ¿Una aguja de acupuntura en la zona axilar, con todas las estructuras anatómicas que pasan por ahí [nervios, arterias, venas]? En fin…
El lunes pasado nos encontramos con un antiguo profesor mío de Fisioterapia en el la arepera «Punto Criollo» en La Laguna. Estuvimos hablando un rato y luego apareció un hombre que resultó ser antiguo profesor suyo de Química. Nos presentó el siguiente problema:
¿Cómo se puede obtener hidrógeno a partir del mercurio? Nos quedamos pensando un rato, y en especial [I] ya que ella está estudiando Química, hasta que el viejo profesor nos lo explicó con una simplicidad brutal sobre una servilleta de papel:
`text{Hg} darr rarr text{H}`
«Muy fácil, el mercurio es `text{Hg}` y `text{g}` es la gravedad así que ésta cae por su propio peso quedando `text{H}` que se eleva porque es más ligero que el aire».
Hasta noviembre tengo prórroga de contrato en Ifara. Ya empecé a trabajar por la tarde, media hora por ahora hasta que haya más ingresos en el servicio de Fisioterapia. A ver qué tal vas saliendo todo…