Pensamiento del día

Hay que saber diferenciar lo verdaderamente importante de lo que no lo es.

La felicidad de las personas rencorosas se basa principalmente en las desdichas ajenas.

Lo que algunos llaman verdad no son más que respuestas engañosas a preguntas para un eventual regreso a sus hogares y sus vidas. Puede que algunos aprendan de los consejos que les ofrezcan pero otros estarán perdidos para siempre en su propia realidad.

Pensamiento del día

Intenta alcanzar tus sueños.

La felicidad es como mearse en los pantalones, todo el mundo puede verlo pero sólo tú puedes sentir su calidez.

Las ideas son como los culos, todo el mundo tiene uno y, aunque pensemos que el de los demás apesta, no queremos reconocer que en el fondo nos encanta el olor de nuestra propia mierda.

Felicidad y placer

Newton's Cradle

No puedo decir que el Facebook me resulte especialmente interesante porque ver fotos de la gente que conozco, leer sus comentarios y en ocasiones participar en ellos es una actividad un tanto tediosa, más parecida a merodear. Sin embargo, a menudo me paseo a menudo por las páginas de esa red social y me da por pensar en distintos temas que me llevan a divagar. La cuestión es que recientemente ha surgido cierto debate porque una de mis contactos ha lanzado la siguiente pregunta al aire:

Si hago lo que debo, seré correcta; si hago lo que quiero, seré feliz. ¿Qué hago entonces?

Se encuentra en una situación curiosa y, a decir verdad, todos nos hemos visto envueltos en alguna encrucijada parecida. Querer, poder, deber… ¿Qué hacer? Al igual que en un problema de lógica, tenemos unos datos y debemos plantear una resolución. En su caso, en primer lugar evaluaría todas las opciones disponibles e incluso buscaría alternativas que en primera instancia no hubiese tenido en cuenta. Luego, con todas las cartas sobre la mesa y en función de las circunstancias que rodeen al problema en sí mismo, elegiría la respuesta más correcta entre aquellas que sean satisfactorias para mis intereses.

Pero claro, en la teoría parece mucho más sencillo de lo que es en realidad la práctica.

¿Quién es el juez que dicta sentencia sobre la corrección o ausencia de ella en una acción? Podríamos decir que uno mismo, en su fuero interno, es su propio juez y verdugo, lo cual es cierto, y también que toda acción tiene su reacción. Ahora bien, ¿qué es lo que se juzga, la acción o la reacción? Esa consecuencia tendrá efectos sobre uno mismo y, muy probablemente, sobre más individuos, que a su vez tendrán su propio juicio acerca de nuestra acción, lo cual dará como resultado una valoración y otra reacción. Es igual que una ficha de dominó que cae y empuja a la siguiente en una sucesión o un péndulo de Newton en el que la bola de un extremo hace que la del otro extremo se mueva.

¿Qué hace que una acción sea correcta o no? Esto depende en gran medida de la educación recibida, los valores inculcados por la familia, las condiciones sociales en las que el individuo se desarrolla, en resumen, la moral y la ética de cada uno. Esas son las caras del prisma a través del cual distinguimos aquello que es correcto de lo que no lo es. Aquí tenemos el primer elemento de discordia a la hora de elegir la forma de actuar.

Imaginemos una partida de billar en la que nuestra acción es golpear con el taco a la bola blanca que, como consecuencia, se desplaza por el tapete de la mesa sin llegar a contactar con otra bola. Como jugadores debemos saber que nuestra acción no ha sido correcta pues hemos malgastado una jugada y hemos regalado dos tiros a nuestro oponente que, también considera que nuestra jugada no ha sido correcta pero, al contrario que para nosotros, para él sí es satisfactoria para sus intereses.

Ahora bien, imaginemos el caso de que un adolescente que desea salir de fiesta un jueves por la noche pero sus padres no se lo permiten porque al día siguiente debe asistir a clase. Si acata la orden de sus progenitores, que va en contra de sus intereses, estará haciendo lo correcto mientras que satisfará a la vez los deseos de sus padres.

En base a esto, podríamos afirmar que cualquier acción, correcta o no, puede tener distinta valoración en función de los intereses de quién la interprete. Así, entra en juego el placer, que no es más que la comparación de las distintas variables presentes en un elemento dado, sea material o no, con las variables que nosotros mismos consideramos como satisfactorias. Si coinciden, nos producirá placer, mientras que si no es así, nos producirá desagrado, y este es el segundo factor disonante que interfiere en nuestra toma de decisiones.

Cuando hablamos de placer debemos saber que nos referimos a la activación de zonas específicas de nuestro cerebro, una respuesta automática y fisiológica de la parte más primitiva de este órgano ante un estímulo concreto pero, ¿el placer, la satisfacción de nuestros intereses, nos hace ser felices? En la mayor parte de los casos sí ocurre de esta manera. Ahora bien, ¿es lo mismo el placer que la felicidad, o viceversa? No, porque la felicidad es un sentimiento, un proceso mental superior, una interpretación de distintas emociones, entre las cuales se encuentra el placer, y que es llevada a cabo por la corteza cerebral.

Es por todo ello que en situaciones como esta es donde la inteligencia emocional y, sobre todo, la empatía, juegan un papel decisivo a la hora de tomar una decisión y llevarla a cabo.

Volviendo al tema de la pregunta de esta conocida, ha recibido bastantes respuestas, entre ellas la mía. Creo que he sido lo suficientemente asertivo y conciso a la hora de expresar mis pensamientos pero he podido comprobar que no me encuentro dentro de la tendencia general. No tengo idea si las respuestas de las demás personas están sesgadas por la proximidad afectiva o si realmente usan esa manera de actuar en su vida diaria. Sinceramente, si se trata de esto último me preocupa porque he podido extraer algunas perlas:

  • Hay que hacer lo que a uno le apetece hacer, no se debe tener en cuenta nada más.
  • Lo que te hace feliz es lo correcto, la opinión de los demás al respecto no importa.
  • Hay que ser egoísta y pensar en uno mismo, el altruismo es una anécdota.
  • Hay que ser feliz a toda costa, el fin justifica los medios.

La proporción ha sido mi opinión contra siete individuos que hacen apología del hedonismo más radical, y aunque sé que la población de estudio no es estadísticamente significativa me da mucho que pensar acerca de las motivaciones de la gente hoy en día y en nuestra sociedad. No es nada nuevo, la verdad, porque todos nosotros buscamos el placer propio aunque hay quien usa caminos un tanto cuestionables.

Pensamiento del día

En ocasiones aquellas personas que nos ofrecían amor se convierten en algo completamente distinto.

Algunas veces actúo antes de pensar y otras veces pienso tanto que cuando voy a actuar ya se ha escapado la oportunidad.

Caer en el hedonismo conlleva cierto peligro ya que basar la felicidad en la búsqueda del placer trae consigo una mayor probabilidad de desengaños, desilusiones e insatisfacciones.

Pensamiento del día

La felicidad está en todas partes, lo difícil es encontrarla.

A veces cualquier pequeño éxito sabe igual de glorioso que una gran victoria.

Cuando una idea te preocupa y te hace trasnochar no quiere decir que sea realmente importante. Intenta evaluarla desde otra perspectiva, tal vez compruebes que no es tan trascendental como parecía inicialmente y puedas dedicar tus pensamientos a otras cosas más productivas.

Cuando vas a la consulta de un médico tienes que estar verdaderamente preparado para enfrentarte a las anomalías temporales con las que te vas a encontrar. En la sala de espera el tiempo se dilatará hasta límites insospechados ya que cada minuto parecerá toda una eternidad, además que dará igual lo temprano que llegues porque seguramente sobrepasarás la hora a la que tenías concertada tu cita. Una vez hayas entrado a consulta ocurrirá todo lo contrario y el tiempo transcurrirá tan rápidamente que pensarás que sólo ha pasado una fracción ínfima del tiempo que han tardado todos los pacientes que han sido atendidos antes que tú. Al final siempre acabarás con una sensación parecida al jet-lag que te hará llegar a la conclusión que has perdido demasiado tiempo vital a cambio de tan poco tiempo productivo.

Pensamiento del día

Love lasts til it ends. I could love you forever this night.

Todos poseemos en nuestro cuerpo algunas zonas más sensibles que otras. Por ejemplo ¿alguna vez te han dado un beso que te ha producido escalofríos y te ha puesto la piel de gallina toda la extensión de tu hemicuerpo?

En una relación a veces surgen frases como «es que siempre hacemos lo mismo» que a veces nos resultan un tanto extrañas porque, quizás, para nosotros no existe problema alguno en «hacer lo mismo» una y otra vez. La felicidad no se basa en hacer cosas nuevas y diferentes, la cuestión está en saber disfrutar de las cosas que ya haces.

Muchas personas están obsesionadas con la belleza, intentar ser más o menos atractivos. De todos es conocido que la buena apariencia confiere seguridad en sí misma a la persona que la posea, pero no es la única variable que afecta a nuestra autoestima. Recuerda que nunca eres tan feo como tú crees ni tan guapo como te dicen que eres, así que no te flageles ni te dejes manipular.