–Acostumbramos a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros está constituido por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aun más allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen en nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas y sabría producir de nuevo dioses, demonios, y paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos Testamentos.
–Bien –objeté yo–, ¿dónde queda entonces el valor del individuo? ¿Para qué nos esforzamos si ya llevamos todo acabado en nosotros mismos?
–¡Alto! –exclamó violentamente Pistorius–. Hay una gran diferencia entre llevar el mundo en sí mismo y saberlo. Un loco puede tener ideas que recuerden a Platón, y un pequeño y devoto colegial del Instituto de Herrnhut puede recrear las profundas conexiones mitológicas que aparecen en los gnósticos o en Zoroastro. ¡Pero él no lo sabe! Mientras no lo sepa es como un árbol o una piedra; en el mejor de los casos, como un animal. En el momento en que tenga la primera chispa de conciencia, se convertirá en un hombre. ¿No irá usted a creer que todos esos bípedos que andan por la calle son hombres sólo porque anden derechos y lleven a sus crías nueve meses dentro de sí? Muchos de ellos son peces u ovejas, gusanos o ángeles; otros son hormigas, y otros abejas. En cada uno existen las posibilidades de ser hombre; pero sólo cuando las vislumbra, cuando aprende a hacerlas conscientes, por lo menos en parte, estas
Hermann Hesse. Demian
posibilidades le pertenecen.
Pensamiento del día
Pese a todo, nunca negaré mi saludo, sobre todo porque la educación y las buenas maneras no están reñidas con el rencor o lo que quiera que exista de manera subyacente.
Pocas cosas hay peores que la incertidumbre, y es por eso que me desespero por tu falta de decisión. Tanto es así que prefiero una decisión desfavorable en relación a mis planes que andar suspirando por una solución a este problema. De todas maneras, es obvio que preferiría una decisión favorable pero, para bien o para mal, no está en mis manos.
Las personas solemos desear aquello que está lejos de nuestro alcance, y este deseo se mantiene hasta que logramos lo que queremos. El arte de la seducción consiste en prolongar todo lo posible este deseo sin llegar a provocar su pérdida con el fin de aumentar al máximo el ansia por poseer lo que anhelamos. Es por eso que nunca debes ofrecerte tan fácilmente, porque lo que llega fácil, con la misma facilidad se deja escapar.
La Universidad de hoy
Vaya mierda de plan tutorial, ahora la Universidad de ha convertido en una extensión del instituto en el que los profesores te marcan tarea que tienes que entregar puntualmente cada semana, para evaluarla y ver que estás estudiando y estás entendiendo lo que te explican. ¿Pero qué coño ha pasado? Atrás quedaron los días de estar tirado en el césped charlando un rato, de ir a prácticas [obligatorias] y a las clases que te gustasten, las comisiones de apuntes, las colas en la fotocopiadora para pillar los apuntes de aquella tía que no me llevo casi nada con ella pero me han dicho que tiene buena letra y copia literalmente lo que dice el profesor…
Ahora que lo pienso, por eso no me pedían a mí nunca los apuntes porque eran tan esquemáticos que a veces me resultaba difícil descifrarlos, aparte que pasaba de la información superflua y me centraba en lo importante. Creo que siempre ha habido nostálgicos de instituto en la universidad, con apuntes de colores variados, verde para el título, rojo para los guiones y negro para los ejemplos… Durante los tres años de mi carrera sólo me volvía estudiante de verdad cuando se acercaba la época de exámenes, cuando tenía que introducirme en vena todos los apuntes que había cogido durante el cuatrimestre y no me había parado a retocarlos ni nada de nada.
La Universidad ya no es lo que era, y eso que hace tan sólo un año que terminé…
Durmiendo con un cadáver
Duermo con un cadáver, es mi compañero de cuarto desde hace años. Su cráneo descansa sobre una estantería mientras el resto de su cuerpo está dentro de una caja debajo de mi cama. La primera vez que nos vimos estaba dentro de una bolsa de basura, con tierra, trozos de tendón adheridos a sus huesos y todavía con fragmentos de cerebro dentro de su cráneo.
Lo metimos en la bañera con agua y lejía, lo cepillamos, lo blanqueamos y luego le dimos una mano de barniz. Si ahora tuviese la oportunidad de volver a recibir otro saco de huesos no lo haría igual: la lejía destroza las paredes celulares y acelera la osteoporosis, y no usaría aceite de teca para barnizar, más bien algún tipo de laca transparente que mantuviese el color original del hueso.
Siempre hay una primera vez para todo y pocas veces sale tan bien como querríamos. Aún así le tengo aprecio a mi compañero huesudo, sé que una vez vivió pero una vez muerto nadie fue a renovar su estancia en el antiguo cementerio de La Laguna. Mi prima, estudiante de medicina, se hizo cargo de él y luego pasó a mis manos. Nos ha ayudado a estudiar la parte ósea de la asignatura de Anatomía humana, y le estoy muy agradecido.
No, no le he puesto nombre. A veces lo llamo Juan, otras veces Pepe, y alguna vez también lo he llamado Jaime. Simplemente es mi compañero, da igual su nombre. Ha visto muchas cosas con sus cuencas vacías y me ha dejado escudriñar dentro de su cabeza literalmente. Tenemos una relación sólida, sin lugar a dudas.
Un poco de Química práctica
El lunes pasado nos encontramos con un antiguo profesor mío de Fisioterapia en el la arepera «Punto Criollo» en La Laguna. Estuvimos hablando un rato y luego apareció un hombre que resultó ser antiguo profesor suyo de Química. Nos presentó el siguiente problema:
¿Cómo se puede obtener hidrógeno a partir del mercurio? Nos quedamos pensando un rato, y en especial [I] ya que ella está estudiando Química, hasta que el viejo profesor nos lo explicó con una simplicidad brutal sobre una servilleta de papel:
`text{Hg} darr rarr text{H}`
«Muy fácil, el mercurio es `text{Hg}` y `text{g}` es la gravedad así que ésta cae por su propio peso quedando `text{H}` que se eleva porque es más ligero que el aire».
Lazy
Al final no pude bajar hoy a Santa Cruz para hacer los trámites para colegiarme, porque me desperté a las 11:30 y tenía que hacer el almuerzo, una ensaladilla. Me faltó el perejil, pero de resto está bastante buena, y si no les gusta a mi madre y a mi hermana ya me encargaré de comérmela yo o de invitar a quien haga falta.
Ah, llamé a lo del curso de manipulador de alimentos y nada, que está más allá del overbooking: de 25 plazas disponibles hay apuntadas 33 personas. Para agosto piensan volver a hacer otro curso, así que habrá que estar atentos. Ya se encargó mi madre de echarme la culpa de que no pudiese ella hacer el curso, que siempre espero a último momento, etc. A lo mejor no se ha dado cuenta que yo también quería hacerlo, pero paso de discutirle, ya me da igual.