Pensamiento del día

«Retro» o «vintage» son dos formas de llamar a algo que estuvo pasado de moda hasta que recientemente alguien decidió volver a usarlo.

Cuando matas el tiempo al final el tiempo te acaba pagando con la misma moneda.

Para bien o para mal la edad no tiene que ver con el grado de madurez de las personas.

La atracción por lo complicado

La bodega de La RecicladaEl ser humano es un animal un tanto extraño, no existe lugar a dudas sobre ello. Cuando algún problema se nos presenta ante nosotros y resulta ser realmente sencillo, insultantemente fácil de resolver, instintivamente se activa algún área cerebral que nos alerta gritando «esto es demasiado simple, no puede ser posible» y enseguida nos colocamos en posición de defensa. Secretamente anhelamos que fuese así, tal y como aparenta ser, pero la sospecha nos hace pensar en que tiene que haber alguna trampa.

Tenemos una apetencia enfermiza por aquello que es complicado, nos sentimos atraídos por todo aquello que es difícil y nos supone un esfuerzo, y hasta en ocasiones somos capaces de transformar algo relativamente simple en un auténtico rompecabezas por el patológico placer de ponernos a prueba. Muchos de nuestros mal llamados problemas son en realidad retos que un niño podría solucionar con su bendito sentido pragmático, una habilidad que con el paso de los años, y paradójicamente al contrario de lo que debería suceder teniendo en cuenta la supuesta adquisición de experiencia que deberíamos experimentar al ir creciendo, hemos ido perdiendo como en una especie de involución autoimpuesta.

¿Qué nos sucede? ¿Por qué no podemos tomar como normal y simplemente aceptar algo que se nos presenta como fácil? ¿Por qué tenemos que complicarlo todo? Tal vez sea una epidemia de hipocresía que a partir de cierta edad nos infecta a todos y hace que gritemos de rabia que deseamos que todo fuese mucho más fácil mientras por otra parte hacemos totalmente lo contrario. Tal vez sea verdad que lo que fácil llega también fácil se va, que mientras más dura sea la batalla más dulce será la victoria, no lo sé.

Tan sólo me gustaría que ciertas cosas fuesen más fáciles.

Pensamiento del día

No te rías de aquellos que son mayores que tú; no te gustará cuando dentro de unos años formes parte de ese grupo de edad mientras otros más jóvenes que tú se rían de ti.

La mejor manera para impresionar a alguien es no tratar de impresionar y ser simplemente tú mismo.

Las pequeñas cosas son las que más nos pueden llegar a cambiar, como un simple detalle o una frase de pocas palabras.

Conversaciones con Demian

–Muchacho –dijo con vehemencia–, también usted celebra misterios. Sé que tiene usted sueños de los que nada me dice. No los quiero conocer. Pero le digo una cosa: ¡vívalos todos, viva esos sueños, eríjales altares! No es lo perfecto, pero es un camino. Ya se verá si nosotros, usted y yo y algunos más, somos capaces de renovar el mundo. Pero debemos renovarlo en nosotros mismos, día a día; si no, nada valemos. ¡Piense en ello! Usted tiene dieciocho años, Sinclair, y no corre detrás de las prostitutas; usted debe tener sueños de amor, deseos de amor. Quizá son de tal especie que le asustan. ¡No los tema! ¡Son lo mejor que posee! Créame. Yo he perdido mucho por haber amordazado mis sueños cuando tenía su edad. Eso no debe hacerse. Cuando se conoce a Abraxas, ya no se debe hacer. No hay que temer rada ni creer ilícito nada de lo que nos pide el alma.

Asustado, objeté:

–¡Pero no se puede hacer todo lo que a uno le apetece! ¡No se puede matar a un hombre porque a uno le resulta desagradable!

Se acercó más a mí:

–En determinadas circunstancias se puede hasta eso. Pero la mayoría de las veces se trata de un error. Yo no digo que usted haga todo lo que le pase por su mente. No. Pero tampoco debe usted envenenar las ideas, reprimiéndolas y moralizando en torno a ellas, porque tienen su sentido. En vez de clavarse a sí mismo o a otro en una cruz, se puede beber vino de una copa con pensamientos elevados, pensando en el misterio del sacrificio. Se puede también, sin estas ceremonias, tratar los propios instintos, las llamadas tentaciones de la carne, con amor y respeto; entonces nos descubren su sentido porque todas tienen sentido. Cuando se le vuelva a ocurrir algo muy aberrante o pecaminoso, Sinclair, cuando desee de pronto matar a alguien o cometer no sé qué monstruosidad inconmensurable, piense un momento que es Abraxas el que está fantaseando en su interior. El hombre a quien quiere matar nunca es fulano o mengano; seguramente es sólo un disfraz. Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que se encuentra en nosotros mismos. Lo que no está dentro de nosotros mismos no nos inquieta.

Nunca había dicho Pistorius nada que me llegara tan hondo. No pude contestar nada. Lo que me había impresionado vivamente era la coincidencia de estas palabras con las de Demian, que yo llevaba en mi alma desde hacía años. Los dos no se conocían y los dos me decían lo mismo.

–Las cosas que vemos –dijo Pistorius con voz apagada– son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro difícil. Caminemos.

Hermann Hesse. Demian

Pensamiento del día

Siempre hay algún motivo por el que gritar con fuerza.

La madurez no es mensurable atendiendo a la edad sino a los pensamientos.

Algunas personas son tan hipócritas como para exigir conocer la verdad y luego molestarse por ella.