Ideas preconcebidas

Un error común a todas las personas que se encuentran sin pareja es que tienen la idea preconcebida que el resto del mundo también se halla en la misma situación, sobre todo cuando ven a un chico o una chica que les atrae. Cuando tienes pareja te da la sensación que todas aquellas oportunidades que no tuviste de soltero comienzan a llegar de pronto. Basta con que busques algo de manera desesperada para que no lo encuentres por ningún lado, como cuando no sabes dónde están las gafas de sol y de pronto las encuentras un día en el sitio más inesperado.

El hecho que una chica ligue una noche no tiene ningún mérito. No hace falta que sea una modelo, ni siquiera que posea una belleza deslumbrante, tan sólo basta con que esté tres minutos sola para que comiencen a revolotear a su alrededor tíos como abejorros atraídos por el néctar de una flor. Ella siempre tendrá la última palabra y la última decisión, como si se tratase de una subasta en la que se adjudica la pieza al mejor postor y, en ocasiones, nadie se lleva el premio.

Un tío, cuando se acerca a una chica inmediatamente tiene que comenzar a luchar contra una serie de prejuicios preestablecidos, a menudo causados por las conductas de otros tíos y que ya forman parte de una conciencia común a todas las mujeres. Comienza entonces un forcejeo, un intento de mantener una conversación minuciosamente estudiada para que, por una parte, no dé lugar a malentendidos acerca de las intenciones del muchacho y, por otra parte, intentar escapar de los tópicos y temas más manidos presentes en la mayoría de los intentos de acercamiento.

En igualdad de oportunidades no todos tenemos las mismas posibilidades.

Conversaciones sexuales

El sexo es una actividad en la que está presente el movimiento y, de manera inherente, se producen multitud de sonidos: el colchón, el somier, las sábanas, la mesa, la lavadora, la bañera… Además, los momentos antes, durante y después son muy propicios para la conversación y sobre eso va esta historia. Navegando por internet me encontré con este diagrama de flujo que ilustra de manera gráfica [en inglés] las cosas que puedes decir en esos momentos que antes hablaba atendiendo a  tres clasificaciones principales: bueno, pasable y malo. A partir de ahí la cosa se diversifica y no puedo negar que me he reído muchísimo con algunas.

Alguna vez haré una recopilación con mis propias experiencias, que no dejan de ser cómicas. Por cierto, lo vi aquí.

Lula

lula[…]

-Lula… ¿Ese no es el presidente de Brasil?

-Sí, sí.

-Lula, así se llamaba la perra de mi ex-novia…

-…

-…

-¿Y cómo se llamaba tu ex-novia?

-¿Mi ex? María, ¿por qué?

-Aah…

-…

-…

-Cabrones…

[…]

La figura

—No puedes ni imaginar la cantidad de recuerdos que evoca en mí esta figurita. Es por eso que te doy las gracias por el regalo, pero no te puedo negar que tengo miedo de que me vuelvan a secuestrar como ya ocurrió tiempo atrás. No te sientas culpable, no quiero que te sientas mal, pero creí que era justo que lo supieras.

—Yo… Lo siento, de verdad. Lo vi, me encantó y pensé que era perfecto para ti…

—No seas boba, si tienes que sentir algo que no sea el haberme regalado la figura. Me gustó mucho y te lo agradezco, de verdad.