Conversaciones con Demian

−¿Cómo explicas lo de la voluntad? −pregunté−. Dices que no tenemos libre albedrío, pero también aseguras que uno no tiene más que concentrar su voluntad sobre un objetivo para conseguirlo. Ahí hay una contradicción. Si no soy dueño y señor de mi voluntad, tampoco puedo concentrarla libremente sobre esto o aquello.

Me dio unas palmadas en el hombro. Siempre lo hacía cuando alguna ocurrencia mía le gustaba.

−Así me gusta, que me preguntes −exclamó riendo−. Siempre hay que preguntar, que dudar. Verás, es muy sencillo. Si una de esas mariposas, por ejemplo, quisiera concentrar su voluntad sobre una estrella, o algo por el estilo, no podría hacerlo. Así, ni lo intenta siquiera. Elige como objetivo sólo lo que tiene sentido y valor para ella, algo que necesita, algo que le es imprescindible. Por eso logra lo increíble; desarrolla un fantástico sexto sentido, que ningún animal excepto ella posee. Nosotros tenemos un radio de acción más amplio y más intereses que un animal. Pero también estamos limitados a un círculo relativamente estrecho y no podemos salir de él. Yo puedo fantasear sobre esto o aquello, imaginarme algo −por ejemplo, que me es indispensable ir al Polo Norte, o algo por el estilo− pero sólo puedo llevarlo a cabo y desearlo con suficiente fuerza si el deseo está completamente enraizado en mí, si todo mi ser está penetrado de él. En el momento en que esto sucede e intentas algo que se te impone desde dentro, la cosa marcha; entonces puedes enganchar tu voluntad al carro, como si fuera un buen caballo de tiro. Si yo, por ejemplo, me propusiera conseguir que nuestro pastor no volviera a llevar gafas, no lo lograría. Sería un puro juego. Pero cuando me propuse en el otoño que me cambiara de pupitre, lo logré fácilmente. De pronto apareció un chico que me precedía en la lista alfabética y que había estado enfermo hasta entonces; como alguien tenía que cederle el sitio, fui yo quien lo hizo porque mi voluntad estaba decidida a aprovechar inmediatamente la ocasión.

−Sí −dije−, a mí también me produjo una sensación muy extraña aquello. Desde el momento en que empezamos a interesarnos el uno por el otro te fuiste acercando a mí cada vez más. Pero, ¿cómo sucedió? Al principio no conseguiste sentarte a mi lado; durante algún tiempo ocupaste el banco delante del mío. ¿Cómo sucedió aquello?

−De la manera siguiente: yo mismo no sabía con exactitud a dónde quería trasladarme. Sabía únicamente que quería estar sentado más atrás. Me lo dictaba mi deseo de acercarme a ti pero no lo sabía conscientemente. Al mismo tiempo, tu voluntad también actuaba tirando de mí, ayudándome. Hasta que no estuve sentado delante de ti no me di cuenta de que mi deseo estaba realizado solamente en parte; me di cuenta de que lo que deseaba era estar junto a ti.

−Pero entonces no entró ningún alumno nuevo en nuestra clase.

−No, pero yo hice simplemente lo que me apetecía y me sente por las buenas a tu lado. El chico con el que cambié de Sitio sólo se extrañó y me dejó hacer. El cura notó una vez que allí se había producido un cambio; en general cada vez que tiene que dirigirse a mí, algo le inquieta oscuramente: sabe muy bien que me llamo Demian y que yo, con un apellido empezando con la letra D, no debo estar detrás, entre la 5. Pero eso no llega a su conciencia porque mi voluntad se lo impide y porque yo le pongo obstáculos. El buen hombre se da cuenta de que hay algo que no funciona, me mira y empieza a devanarse los sesos. Pero tengo un remedio muy sencillo. Siempre le miro fijamente a los ojos. La mayoría de la gente no lo resiste. Todos se ponen muy inquietos. Cuando quieras conseguir algo de alguien, le miras inesperadamente a los ojos con firmeza; si ves que no se intranquiliza, puedes renunciar a tu deseo: no vas a conseguir nada de él. Yo no conozco más que una persona con la que me falle el sistema.

−¿Quién? −pregunté rápidamente.

Me miró con los ojos levemente guiñados, como cuando pensaba intensamente. Luego los apartó y no dio ninguna respuesta. A pesar de la curiosidad tan fuerte que sentía, no pude repetir la pregunta.

Creo, sin embargo, que se refería a su madre. Parecía vivir con ella en una confianza total. Sin embargo, nunca me hablaba de ella, ni me llevaba a su casa. Yo apenas la conocía.

En aquella época intenté algunas veces imitarle y concentrar mi voluntad sobre un deseo con toda intensidad para conseguirlo. Eran deseos que me parecían bastante apremiantes. Pero no lograba nada. Nunca me atreví a hablar de ello con Demian. Lo que yo deseaba no hubiera podido confesárselo; y él tampoco preguntaba.

Hermann Hesse. Demian

Pensamiento del día


feliz con lo que tienes porque es lo que otros desean.

Si sabes que alguien intenta tomarte el pelo primero dale cierta confianza para luego aplicar un correctivo ejemplar; no permitas que nadie te vacile y quede impune por ello.

Mucha gente ignora la gran importancia que entrañan las proporciones; al igual que tenemos dos ojos, dos oídos y una boca a menudo deberíamos escuchar y observar el doble pero hablar la mitad.

Pensamiento del día

wookie first date

El romanticismo está en todas partes pero pocas personas lo saben apreciar.

A veces las personas no necesitan recibir consejos sino simplemente tener a alguien con quien poder contar su historia porque, quizás, lo que realmente necesitan es escucharse a sí mismas en voz alta.

No digas «ya te llamo» si no tienes pensado hacerlo; no digas «a ver si quedamos» sólo por quedar bien; nunca hagas promesas que sabes que no puedes cumplir. En resumen, no devalúes tus palabras porque cuando quieras que te tomen en serio será difícil recuperar la confianza perdida.

Pensamiento del día

Nadie es infalible, ni tan siquiera esas personas en las que más confianza depositas.

A veces llega un momento en el que de pronto te das cuenta que ciertas compañías no son buenas para ti.

Cuando estás con alguien y sientes que estás perdiendo el tiempo y que además no compensa para nada el esfuerzo, es entonces cuando tienes que tomar una decisión.

If I’m lucky

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Hay quien deposita demasiada confianza en la suerte para ciertos menesteres.

If I'm lucky, how lucky it would be to be in your arms,
that my lips would finally fall down into your heart.
If I'm lucky, how wonderful it would be to feel your warm
and hear your breath while we are in an ocean of calm.

But suddenly I realize something wrong in my dream,
something that could break all down into pieces.
I don't believe in luck nor another type of magic;
I only believe in facts, and those facts are called love.

No es mi caso.

Pensamiento del día

Aunque todo pueda ser reducido a números y ecuaciones no necesariamente lo hará más comprensible, más bien al contrario.

Aprende de las experiencias y sigue adelante.

La experiencia puede darte confianza en ti mismo, pero un exceso de ella puede ser fatal.