Recuerdos fragmentados

Resulta extraño a la par que desconcertante el funcionamiento de la mente humana. El hecho de que para una máquina sea tan difícil entender cómo es su propio funcionamiento da una idea de lo limitado que es nuestro cerebro para conocerse a sí mismo. Durante la última semana he tenido sueños extraños no por su contenido sino por lo esclarecedores que han sido respecto a mis propios pensamientos y recuerdos.

De hecho, aún ahora me detengo e intento traer desde el fondo de mi memoria recuerdos que sé que están ahí, detrás de aquel cuadro del museo Van Gogh, debajo de aquella cama con olor a vainilla o junto al ojo de buey de la pared.

Son recuerdos fragmentados, recuerdo unos labios carnosos que rozan los míos, un pelo corto y una nuca de piel pálida y suave, unas piernas bajo una falda azul celeste, unas esclavas de color marrón en verano, una peculiar mancha en el iris, unos pechos turgentes, unos pies con las uñas pintadas de color morado, una voz con acento peninsular que me habla, una toalla blanca enrollada en el pelo, un camisón de color dorado, un sujetador negro con encaje…

Tengo todas esas imágenes impregnadas en algún lugar de mi mente, tan fidedignas como una instantánea que congela el espacio y el tiempo. Cada fotografía corresponde a alguna persona, pero no soy capaz de reconstruir a ninguna completamente. No recuerdo cómo era su voz, no encuentro su olor por ninguna parte, se ha perdido su cara entre tantas fotografías… ¿Tenía los ojos de este color u otro? ¿Era así de alta o quizás un poco más baja? ¿Realmente era así o más delgada?

Sólo poseo pequeñas pinceladas que apenas forman en el lienzo una pintura al óleo inacabada, retratos inconclusos de las modelos que han posado para mí en los que se entremezclan vívidos detalles con zonas difuminadas.

Pensamiento del día

pasado, presente y futuro

Cuando pienso en el pasado me embarga la nostalgia
Cuando pienso en el presente me siento frustrado
Cuando pienso en el futuro es con ilusión

No todo el mundo está preparado para la verdad, a veces no podemos hablar con sinceridad. No me refiero a mentir, eso nunca, sino más bien a omitir partes de verdad.

Las cuestiones del corazón son las más complicadas, principalmente porque siempre está en lucha con el cerebro. El campo de batalla está en la garganta, por eso a veces hablamos desde la razón y otras veces desde la emoción.

Brain Controlled

Acabo de entrar en YouTube y me encuentro con esto:

¿Fake? ¿Real? Por lo visto está grabado en el CeBIT… Imagino que será algo relacionado con el EEG [ElectroEncefaloGrama].

Piensa un poco antes de dormir

No sé si te has dado cuenta, pero el Presente no existe. En serio, no me mires con esa cara, no existe el Presente, tan sólo el Pasado y el Futuro. ¿En qué me baso? Bueno, pongamos que ahora mismo son las 11 horas 11 minutos 11 segundos y 111 milésimas, pero sería falso.

¿Por qué? Pues porque en el tiempo que tarda en llegar esa información hasta mis retinas, desde ahí a la corteza visual a través de los nervios ópticos, las conexiones sinápticas necesarias para decodificar y dar sentido a la información, transmitirla a la corteza motora y premotora y mis músculos recibir el impulso necesario para producir una contracción y el movimiento de mis dedos… «Todo» ese tiempo ha transcurrido desde entonces y ya no sería esa hora, sino que sería otra hora distinta, sólo por milésimas, pero distinta.

Además, también entra en juego la exactitud del aparato de medida del tiempo, porque incluso más allá de la millónesima de segundo hay más «tiempo» que no medimos pero que transcurre inexorablemente dejándonos siempre en el Pasado… ¿Qué tal te has quedado?