Actualmente las relaciones interpersonales tienen una tasa de fracaso muy alta debido a que el consumismo imperante se ha implantado tan profundamente en nosotros y nuestra forma de vida que ni tan siquiera podemos deshacernos de su influencia en este aspecto.
El amor, el cariño y hasta la simple atracción sexual se ven condicionados de tal manera que nunca estaremos mínimamente conformes con lo que ya poseemos y estaremos permanentemente intentando encontrar algo o alguien que nos satisfaga en mayor medida.
En nuestra búsqueda de la utópica felicidad no hallaremos más que tristeza salpicada de pequeños momentos de alegría. Por el camino nos desharemos y seremos desechados, utilizaremos y nos utilizarán, pero ante todo sufriremos y haremos sufrir.
Tan sólo debemos recordar algunas frases tan manidas como «trata a los demás como desearías ser tratado» o aquella otra que dice «no es más feliz aquel que más tiene sino el que menos necesita».
Más altruismo, más empatía, más sonrisas y menos maquillaje.
Le estoy cogiendo el gustillo a esto de soltar lastre, me quedo con una sensación sublime, casi como más ligero.
Paso de entrar en jueguecitos de descalificaciones porque creo que saldrías perdiendo y sería demasiado fácil.
No sé si te has dado cuenta de lo que has hecho. El cariño y el respeto son para mí dos pilares básicos, y un atentado contra cualquiera de estos estamentos pone en jaque cualquier relación interpersonal que esté manteniendo. El resto es causalidad.
En realidad no sé si el título de esta canción original de Violeta Parra es «volver a los 17» o «volver a los diecisiete». En el lenguaje hablado no hay problema pero en el escrito hay cierta diferencia. Por orden de aparición son Mercedes Sosa, Caetano Veloso, Gal Costa, Chico Buarque y Milton Nascimento. ¡Toda una joya!
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo
Es como descifrar signos sin ser sabio competente,
Volver a ser de repente tan frágil como un segundo
Volver a sentir profundo como un niño frente a dios
Eso es lo que siento yo en este instante fecundo.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Mi paso retrocedido cuando el de ustedes avanza
El arca de las alianzas ha penetrado en mi nido
Con todo su colorido se ha paseado por mis venas
Y hasta la dura cadena con que nos ata el destino
Es como un diamante fino que alumbra mi alma serena.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento
Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente de rencores y violencias
Sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
El amor es torbellino de pureza original
Hasta el feroz animal susurra su dulce trino
Detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros,
El amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño
Y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
De par en par la ventana se abrió como por encanto
Entró el amor con su manto como una tibia mañana
Al son de su bella diana hizo brotar el jazmín
Volando cual serafín al cielo le puso aretes
Mis años en diecisiete los convirtió el querubín.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.