Después de perder las tablas de la base de datos sobre los posts y los comentarios, Liberitas ha estado en el dique seco desde el pasado miércoles según creo recordar. Al principio la sensación ha sido de vacío absoluto por haber perdido 4 años de datos, gilipolleces al fin y al cabo, pero 4 años de pensamientos de mi vida. Luego me asaltó otra sensación completamente distinta, el frío de la indiferencia ante la pérdida. En realidad, son datos digitales, porque esos años seguían y siguen estando en mi cabeza, en mi cerebro, y seguirán ahí hasta que alguna enfermedad neurodegenerativa me ataque o alguna lesión neuroanatómica me joda.
Al fin he podido recuperar la base de datos gracias a la ayuda al servicio técnico de mi servidor y el caché de Google Reader y Bloglines. En realidad, si no hubiese podido hacerlo, hubiese usado la caché de Google para recuperar el primer post que fuera el origen de Liberitas cuando estaba en Blogger y empezar de nuevo. Al fin y al cabo, en la vida es igual, porque cuando todo se derrumba lo único sensato que queda es volver a empezar de nuevo.
Otra vez, con el aroma rancio de antes, pero con nuevas y renovadas ganas, Liberitas ha vuelto a arrancar.