Espérame aquí

To: ]V[orlock ۞ Liberitas

Luego volveré a por ti, esta noche te toca otra vez aguantar mis desvaríos.

Atentamente,

mi conciencia

Psicoanalízame

-Bueno, cuénteme qué le ocurre…

-En realidad no sé qué me pasa… la vi aquel día y desde entonces no me la puedo quitar de la cabeza y lo peor de todo es que si intentase arrancarla de mí perdería más que lo que podría ganar.

-Creo que a eso se le llama obsesión…

-No sé doctor cómo lo llama usted, pero es lo que siento, no puedo evitarlo. Necesito verla, necesito estar con ella aunque sólo sea en silencio… Necesito de su compañía, porque sin ella no soy persona, no estoy completo.

-Vaya, parece que ahora también hay cierto matiz de adicción.

-Realmente, no sé por qué gasto mi dinero en usted, si es que no me aporta nada. Para eso me pondría a escribir como hacía antes en mi blog, al público anónimo. Ya le he contado los problemas que me acaecieron por exponer directamente mis pensamientos… Además, siento que no tengo alma, porque cada vez que me mira, me sonríe, me da una caricia, o simplemente pienso en ella, se me escapa un pedacito que no volverá.

-Comprenda que yo no estoy aquí para opinar sino para escucharle y aconsejarle.

-Me gustaría poder hablar con ella como hablo con usted, pero no puedo, no puedo tomármelo de una manera tan impersonal. Y es que cuando me mira con esos grandes ojos, profundos, tan bellos que me atrapan y no me dejan escapar, mi mente se rinde. ÂÿAlguna vez ha sentido algo parecido? Claro, no se puede implicar con los pacientes, es normal. Es su trabajo, y tiene que ser lo más objetivo posible. Después de todo, Âÿpor qué estoy aquí, si mi único problema es que ella me gusta y punto? En realidad no es un problema, y lo que le estoy diciendo a usted se lo puedo decir a ella con un poco de fuerza de voluntad, de valentía. Doctor, lo siento mucho, pero creo que no le necesito. Me he dado cuenta que sólo puedo solucionar los problemas si los hablo con la persona afectada, y si tengo ganas de sermonear volveré a hacerlo en mi blog, que al fin y al cabo siempre ha sido una ventana abierta desde mi pensamiento hacia el mundo.

-Se ha dado cuenta por sí mismo de lo que debe hacer. Me alegra comprobar que mi terapia funciona, ya que ése era el objetivo desde un principio. De nada sirve que me lo cuente a mí cuando quién lo debe escuchar está ajeno al problema, así que le animo a que lo haga, que lo haga siempre. Siempre sea sincero, al precio que sea, pues será más feliz con usted y podrá evitarse muchos desengaños en en futuro. Buenos días.

Verborrea itinerante

En blanco, temblando, mareado, con náuseas… Mi pensamiento y mi necesidad de escribir son mi perdición. No podría… ahora mismo no puedo discernir… Dejemos que el silencio me ahogue.

Soñando despierto

Llegaste para volverte a ir, pero al menos fue un momento de conversación muy agradable. Te enseñé lo que escribí, y con vergüenza. Esta noche no puedo esperar a la hora de insomnio que es cuando mi parte onírica toma el control y sale de mí la escritura automática. Mañana me voy a trabajar, temprano en la mañana, y no puedo trasnochar más de lo que lo he hecho. Tú estarás de fiesta con tus amigos y es que sé que no debo ser tan egoísta, pero me gustaría estar contigo a solas, toda tú para mí nada más. No hace falta hablar, con el silencio y nuestra mirada nos comunicamos, y sabemos que cuando acabe nuestra silenciosa conversación las acciones calladas se apiadarán de nosotros.

Tengo sueño, pero no el suficiente como para estar inspirado. Es posible que al sentirte más cerca esa parte triste de mí no salga a flote para llorar sobre estas líneas. No, no estoy para escribir bellas palabras como aquella noche, así que me retiraré a soñar y a dormir, a soñar que duermo, a soñar que vivo, a soñar que puedo vivir mi sueño.

Muchos soñamos con una vida mejor… Es por eso que sueño contigo.

Ausencia

No puedo decir que te has ido de mi lado ya que técnicamente sólo estuviste a esa distancia en contadas ocasiones. Fueron pocas, y me hubiese gustado que fuesen más y mejores, pero ya nada puede cambiar el pasado. Tan sólo pensar en ti en el presente y soñar que volverás en el futuro. Se me hace extraño y difícil el no poder hablar contigo, tantas palabras dichas y tantas otras calladas. Cuántas veces nos quedamos con las ganas de hacer eso que queríamos, cuántas veces hicimos lo que pensábamos mutuamente.

Acuerdos tácitos, ideas que brotaban desde el centro del alma y no del corazón, porque los nervios no le dejaban tiempo nada más que para latir rápidamente. Milímetros de tu nariz hasta mi nariz, vencidos por la atracción como imanes en polos opuestos. No te rendiste, ni yo tampoco, fueron nuestros labios que pidieron tregua unos a otros. En el húmedo descanso, liberación después de tanto soñar el momento y por fin vivirlo despiertos aunque ebrios de sentimientos. Cadenas que nos atan, unas más tensas que otras, otras más largas y otras más cortas. No hace falta explicar lo que se conoce y entiende, porque tú lo sabes y yo lo sé.

Antes no estábamos cerca, pero ahora te siento lejos, y sé que llegará un día que la distancia sea aún mayor, pero no quiero torturarme con esa idea, no todavía. Me iré al calor, entre nubes de números mientas te paseas etérea por el cielo y más allá. Siempre te has infravalorado, y me dicen que no debo… Pero qué sabrán ellos. El ser holístico prima sobre la trémula carne vacía de ser.

Puedes pensar que es el sueño, yo también lo pienso, pero no me lo creo. Ver no siempre es creer, pero al tocarte te veo, y te siento fugaz sobre mi piel. ¿Recordaremos momentos mejores? Vuelve y lo comprobaremos, porque en el fondo y aunque no me lo confieses, sé que lo quieres igual que lo quiero yo. Muchos celos siento de los tuyos, pero mi propósito es firme como para amilanarse ante sus miradas. No saben de mí como yo no sé de ellos, pero ellos lo hacen por ti por miedo de mí. Que no teman, es lo que quiero que sepan, pues daño es lo menos que quiero inflingir.

Poema en la noche, verso de canela y sábanas, perfume tuyo que queda sobre mí, no importa cómo haga no se irá pues queda dentro de mi pecho y mi ser, grabado a fuego aunque no lo desees mientras te echo de menos. Te has ido y mi alma se va contigo. Adiós, alma mía, adiós…

Ergo…

Al fin encontré mi redención cuando tus labios se rindieron a los míos.