Pensamiento del día

Siempre intenta aprovechar al máximo tus posibilidades.

Nostalgia. (Del gr. νόστος, regreso, y -algia). Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

Antes de invitar a alguien asegúrate que tengas dinero en la cartera; es una situación muy incómoda comprobar que no tienes suficiente para pagar la cuenta.

Pensamiento del día

No guardes cosas innecesarias, no sabes cuándo vas a necesitar el espacio que ocupan para cosas más importantes.

Demasiado a menudo la belleza y el pragmatismo no son variables compatibles entre sí.

Las mujeres suelen disfrutar de gratificaciones en ciertas circunstancias en las cuales los hombres no veríamos motivo de felicidad, como cuando después de mucho tiempo pueden volver a vestirse con alguna prenda; no hace falta que les quede perfecta, con poder caber dentro es suficiente.

Pensamiento del día

Pedir una separación espacio-temporal puede ser algo más que un conjunto variables físicas.

Cuando tienes poco pelo en la cabeza el utilizar champú en la ducha pasa a ser algo opcional; a veces es más rápido usar gel y una esponja para todo.

No te preocupes, cuando todo lo demás falle siempre puedes aparentar; no queda muy elegante pero te puede sacar del apuro si no te descubren.

Pensamiento del día

Algunos espejismos no son causados por la luz del sol.

No tengas ilusiones puestas en la noche; el día permite ver de manera mas acertada.

Mucha fauna nocturna es diferente cuando llega el día, y viceversa; muy pocos se mantienen invariables con el paso las horas.

Pensamiento del día

Si alguien no te calienta y reconforta el corazón es que realmente no es la persona adecuada.

Sé consciente del valor que posees y nunca permitas que nadie te trate de cualquier forma que no merezcas.

Las relaciones son como las estaciones; exuberante primavera al comienzo, agradable verano de diversión, melancólico otoño en los problemas, frío y moribundo invierno al final.

Símiles [y II]

Patio góticoIntenta imaginar al amor como una entidad en sí misma, no como una posesión única y exclusiva de cada individuo participante en una relación interpersonal en la que participe dicho ente. Es un organismo pensante, calculador, maquiavélico, disfrazado de alegría e ilusión, infantil por momentos, para luego transformarse en tristeza y melancolía, doloroso despertar de un sueño.

O no, tal vez es inocente y, como tal, se le puede reprochar todo pero no se debe exigir compensación por nada. Tal vez es ignorante de las consecuencias que provocan sus actos, como un niño que desconoce la dirección de sus pasos pero simplemente echa a andar.

Sea como fuere, el amor es diferente para cada persona que lo sufra o lo disfrute, y sólo podemos ser jueces y verdugos de nosotros mismos y nadie más. Nada ni nadie se puede salvar de ser diana de comentarios, pero existe una gran diferencia entre las personas y el amor: las personas se ven afectadas por los comentarios pero el amor no, porque para él ninguna persona tiene la potestad para hacer un juicio de valor sobre él.

El amor está por encima de asuntos mundanos, del dinero, bienes materiales, razas o creencias religiosas, por eso es tan peligroso y tan temido por algunos. Su poder radica precisamente en su condición de universal, y por eso sólo puede ser atacado por otros sentimientos, como enemigos que aprovechan algún pequeño resquicio de debilidad.

El amor exige exclusividad, porque cuando aparece una o más variables externas a la ecuación existente entre «x» e «y» (o entre «a» y «b», por aquello de los cromosomas diferenciadores), el amor pasa de ser un medio de comunicación bidireccional a convertirse en una mentira unidireccional.

El amor exige dedicación total e incondicional entre los elementos que conforman la pareja y si no, se convierte en un pasatiempo teatral aderezado, con suerte, con pequeños divertimentos que enmascaran a modo de especias el sabor amargo de la situación.

El amor es tan magnánimo que nos da la libertad de actuar como nosotros deseemos pero, si no cumplimos sus designios, deberemos cargar con el pesado lastre de las consecuencias.

El amor no toma rehenes, exige rendición o castiga con la muerte. Es brutal, es extremista, y si no se comporta así es que no es amor, es una suerte de capricho, una atracción mal definida o un simple pasatiempo para aquellos que toman la soledad como algo tedioso y odioso.