Pensamiento del día

Artículos para regalo

La capacidad de una persona para resultar atractiva es directamente proporcional a su modestia.

El mejor lugar de reunión está en el cuerpo de quien tanto te gusta.

Hay gente tan conformista que el mejor regalo que podría recibir es la compañía de otra persona.

Uno de esos sábados

Reflejo arquitectónico
No hace falta que me digas qué debería esperar de ti.
Sigo aquí, igual que siempre, por mi propia voluntad.
Dicen que la suerte sonríe a los que se atreven,
pero no me fue muy bien eso de dejarme llevar.
Tal vez lo mejor sea pasar de todo por completo
y dejar de usar la memoria como motivo y razón,
dejar de recordar aquel tiempo en el que tú y yo
hacíamos lo que queríamos sin buscar justificación.

Lo cierto es que ahora ya no podemos recuperar
todo aquello que nos regalamos alguna vez.
Tuvimos buenos momentos, o eso me parecía,
porque ya no sé si fueron sinceros de verdad.
De las tardes y noches de todos aquellos sábados
cuando nos refugiábamos entre sábanas en mi cama.
Refugiados del frío en la calle, en nuestros corazones,
y del frío del hambre de cariño de nuestras almas.

Protegía la memoria, por si acaso la olvidabas,
de aquel primer sábado de finales de octubre.
No la olvidaba, para que tú la recordaras,
hasta que un día dejó de importar lo suficiente.
Como si fuera una tradición de nuestro calendario,
fue también un sábado cuando terminó aquel otoño,
cuando cayó muerta la última hoja de nuestro árbol
y en el jardín tan sólo quedó este áspero invierno.

Ahora en perspectiva, ¿es esto lo que esperabas?
Mirando atrás, ¿no te despierta ninguna emoción?
Muéstrame algo de verdad, algo que sientas hoy,
algo que pienses, para entender esta situación.
No sé, tal vez has madurado y yo sigo igual de infantil,
y esta amnesia selectiva te parece como la libertad,
o simplemente eres de ese tipo que miente por hablar
y nunca se atreve a decir un adiós que suponga un final.

Pensamiento del día

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Nada es más necesario que una referencia para poder comparar.

No hay vidas tristes, sólo personas tristes que viven de esa manera.

Sabes que echas de menos a alguien cuando suena el timbre y lo primero que haces es pensar que puede ser esa persona. Luego, resulta que es el cartero o los testigos de Jehová.

Pensamiento del día

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La distancia permite ver la imagen general pero no viene muy bien para poder distinguir los detalles.

Con el tiempo aprendes que detrás de una pérdida hay muchas ganancias y, a veces, compensan mucho más que mantener aquello que perdiste.

Si aceptas que sentirte mal es algo normal y natural, que es un proceso que todos debemos pasar tarde o temprano, te será mucho más fácil y más rápido volver a sentirte bien.

Pensamiento del día

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Me toca la moral perder el apetito por motivos que, luego en perspectiva, te das cuenta que no son importantes.

Todos los días cometemos errores, reconócelo. Sin embargo, trata de aprender de ellos en la medida de lo posible, y haz que al menos hayan servido para algo.

Esa sensación cuando has estado cometiendo una serie de errores uno tras otro pero antes de cometer la mayor estupidez de todas, te das cuenta a tiempo, rectificas y te salvas de un desenlace desastroso.

Esa enfermedad llamada felicidad

1890.La Laguna Llanos los ViejosLa felicidad te infecta, pero es una enfermedad deseada y esperada. Los verdaderos problemas aparecen como secuelas de su paso por nuestra alma, cuando se clavan donde más duele, en aquel espacio que antes ocupaba y daba calor.

Porque la felicidad te besa con fuego, y no puedes olvidar el recuerdo de sus labios, pero supongo que su boca no es para mí. Porque cuando se va, cuando se acaba, las cosas son más grises que antes, y las describes con frases y versos sobre lo que era, ya no es y no volverá a ser.

Pero no sabes lo que es la felicidad hasta que has aprendido el significado de la tristeza, cuando se marcha por la puerta y a veces ni le puedes decir adiós. No puedes saber lo que duelen los labios cuando besas a la felicidad, y cuando te toca pagar la cuenta con trozos de tu corazón y una desilusión de propina. No imaginas lo que duele pensar en el recuerdo de besar una mejilla surcada de lágrimas de tristeza, o mirar un atardecer de invierno con ojos sin ilusión.

Y es que ser estoico parece muy fácil en la teoría, pero no tanto en la práctica, porque la felicidad se irá y su ausencia traerá de nuevo todas esas cosas. Y ya se sabe que no se puede pensar con claridad cuando se siente intensamente.

Pero habrá muchas otras noches, en las que baile o simplemente mire bailar, o duerma arropado por el cariño, o sudoroso por la pasión. Habrá otras poesías que escribir, otras canciones que cantar, otras primaveras que florecer, otros labios que besar y sueños que hacer realidad. Pero claro, no será aquella felicidad que se marchó.

Aunque me hice prometer que me ilusionaría lo menos posible. Aunque pensé que el frío tacto del pecho de acero serviría de coraza. Pero aún funciona la máquina que, en su interior y con su propio compás, mueve mis sentimientos haciendo ruido.

Y sé qué pasará, porque caigo en las redes de la felicidad con mucha facilidad, como si lo estuviese deseando con demasiada intensidad. Pero ni yo entiendo muy bien la razón, porque a estas alturas ya debería estar escarmentado.