Bautismo marino

waveHacía años que no cogía olas con tabla [bodyboard], recuerdo que la última vez fue en Valle Gran Rey y casi no la cuento, porque me cayeron encima tres olas de una serie de 2 metros. Después de esa experiencia traumática dejé la tabla aparcada durante bastante tiempo y acabé cogiéndole gusto a coger olas de pecho [bodysurf] pero más pequeñas y no tan de cucharón. Años después, en la playa de La Tejita me ocurrió un acontecimento parecido al de La Gomera en el que aparte del susto me quedó como recuerdo una brecha sangrante en la cabeza.

bodysurfPues bueno, esa vez no dejé mi afición a coger olas de pecho, y de hecho he pasado muy buenos momentos con las olas juguetonas de Punta Brava, sobretodo aquel en el que salté por los aires, pero [M] me reavivó mis antiguos recuerdos de bodyboard. Hace un par de semanas fuimos a Taganana con las tablas para reirnos un poco con las olitas que había en la playa del pueblo. Recordé cómo coger las olas de derecha e izquierda, a hacer el patito, incluso a ponerme de torero.

Estos últimos días ha habido mar fuerte según los datos de la boya de Anaga, y ya [M] me había dicho de ir a Taganana cuando las olas eran un poco más pequeñas pero yo tenía las tardes ocupadas. Ayer al final pudimos ir y justo coincidió con el día de mayor fuerza, con olas de 2-3 metros en la playa de Almáciga. Nada más llegar me empezaron los primeros ataques de mi subconsciente, con temblores al ver las olas y acordarme de mis otras dos experiencias, maldito sea. Tenía el equipo de [H] que me había prestado y me preparé calentando bien las articulaciones. Nos echamos a la mar y desde el principio empecé a notar que algo no iba bien, mi resistencia no era la misma que años atrás así que empecé a notar el cansancio mientras remaba hacia los picos.

[M] iba como si nada y yo cada vez me veía más lejos de él, y me costaba cada vez más hacer el pato para evitar las olas hasta que llegaron las dos últimas de la serie fuerte y me cogieron bien. Entre el cansancio que tenía y lo apurado que me puse se me soltó la tabla [cosa que se debe evitar SIEMPRE] y perdí la orientación de arriba y abajo. No sé cómo pero llegué a tocar el suelo y me pude impulsar hacia arriba mientras notaba que se me acababa el aire. Logré aferrarme a la tabla justo a tiempo para coger aire y volver a hacer el pato pero no lo suficientemente profundo así que me volvió a coger la última ola. Otra vez se me resbaló la tabla pero al notar que me tiraba pues pude salir rápidamente aunque apurado por el miedo inconsciente que sentía. Me pude separar de la zona de pico fuerte y logré llegar hasta donde estaba [M] reventado y con ganas de salir del agua por cualquier medio.

Las olas llegaban y no paraba de remar para no tener que verme obligado a hacer el pato sino pasarlas por encima. De pronto vi una ola bastante grande que se acercaba y tomé una decisión absolutamente visceral, virar y remar para cogerla en lugar de evadirla. La sensación de velocidad era increíble, nunca había cogido una ola tan grande sin tener un percance y además estaba acercándome rápidamente a la orilla. Duraría 10 segundos pero para mí el tiempo se expandió hasta límites insospechados ya que hasta me atreví a frenar un poco con las aletas para luego con un impulso de mis pies volver a acelerar de nuevo. No pensé que me podía sentir tan bien cogiendo una ola.

bodyboardLlegué a la orilla exhausto, dejé todo excepto la licra encima de la tabla y me tendí en la arena para intentar recuperarme de la sensación de mareo que notaba. Cuando me recuperé, y animado por [R] volví a entrar y volví otra vez a la zona de picos después de remar y remar. La diferencia sustancial de la segunda vez respecto a la primera fue que me enfrentaba a cada ola con odio más que con miedo, y así fue como volví a coger otra ola enorme hasta volver a la orilla. Me sentí triunfalmente satisfecho, lo suficiente como para dejar la tabla y atreverme a coger alguna de las olas más pequeñas que llegaban a la orilla a pecho. Conseguí coger dos, pero como resultado tuve un calambre en la cabeza externa del gemelo izquierdo, así que salí y decidí que ya estaba bien. Después de años había me había vuelto a bautizar, con situación peligrosa incluida. Ahora me estoy concienciando de que necesito hacer ejercicio porque me estoy perdiendo muchas cosas.

Ave populi

Ey, estoy vivo y en Barcelona, así que tranquilo el populacho, todavía no es hora de montar barricadas y beatificar mi desaparición. Ya escribiré todo lo que tengo guardadito cuando llegue a Tenerife, pero por ahora voy a descansar un poco, visitar la ciudad y seguir sacando fotitos.

Saludines.

Tontitas a mí

pregunta[…]

– ¿De qué te sirve que una tía esté buenísima si luego resulta que es tonta?

– Ya, pero si está buenísima yo le perdono que sea un poquito tonta. ¡No se puede tener todo!

– No, tío, no te rebajes a eso. Yo le hago tres preguntas básicas de cultura general, y si no sabe o contesta mal dos de ellas ya sé que es tonta. Si no sabe ninguna… Bueno.

– A ver, ¿cuáles son las preguntas?

– La primera es que me nombre nombre una obra de William Shakespeare y me diga de qué va. La segunda es que me sepa decir qué es una hipotenusa, y no le pido la fórmula porque soy bueno. La tercera es que me me diga de qué a qué año fue la Guerra Civil española. Preguntas de 4º de la ESO…

– Umm, pues creo que yo no pasaría el examen…

[…]

Lista de rencores (y II)

rencorUno de los mayores logros que esperaba conseguir era volver a hablar [sin acritud] con [R]. El fin de semana pasado la vi en las terrazas, y estoy seguro de que ella también me vio aunque lo niegue. Lo importante es que hemos hablado durante bastante tiempo, al principio con un cierto aire de mal rollo, pero luego se ha suavizado más la cosa. Otro nombre más tachado en mi lista personal de rencores. Ya sólo quedan [R] y [M].

¿A do vais?

deep
Ánima por teredos fenestrada,
navío harto fatuo que se anega.
La cuita como enseña enarbolada,
envoltura cual mortaja son sus velas.

Ten cuidado cuando te cruces con ella. Te llevará a las profundidades…

Ostentosos del mundo

goreA veces me dan ganas de arrancarle las entrañas a todas esas personas que hacen gala de una ostentosa cualidad para soltar gilipolleces. ¿A ti no? Lo que pasa es que siento una fascinación masoquista por comprobar cuán sorprendente es la capacidad de los humanos para superarse a sí mismos, tanto en lo sublime como en lo escatológico.

Son todos esos ineptos sociales los que me provocan acidez de estómago, los que me gustaría dejar de oír, ver o hablar, pero a la vez estoy enganchado a sus muestras gratuitas de creatividad. Soy un enganchado a la estúpida condición humana de tener que joderlo todo sistemáticamente, sin excepción alguna. Y lo mejor de esta tragicomedia es que yo también formo parte de esta absurda red, de esta viña [en la que tiene que haber de todo, incluso uvas].

Soy fiel seguidor de la tercera ley de Newton, creo en la acción y reacción, porque nunca me ha fallado. Siempre que muevo el tablero, las fichas que hay en él se desplazan. Lo curioso es ver cómo se mueven y hacia qué dirección toma cada una de ellas. Unas me sorprenden, otras confirman mis expectativas y el resto simplemente me provoca acidez.

Voy a mover el tablero de nuevo a ver qué sucede esta vez…