¿Libertad de expresión o libertinaje expresivo?
No puedo escribir un pensamiento del día si tengo el día tan ocupado como para no tener tiempo que dedicarle a la escritura.
Como no quiero faltar a mi palabra, tengo que escribir el pensamiento del día fuera del día que corresponde, pero aún así lo escribo.
Si algún día me voy de vacaciones tendré que dejar algunos pensamientos del día preparados.
Intenta siempre aprender de la gente humilde, son los mejores profesores.
Hoy en día existe una falta crónica de valores inculcados.
Lo que puedas decir no lo escribas, pero si ya lo has dicho, escríbelo.
Lo más difícil de caer es volverte a levantar pero, sobre todo, no tener miedo a volver a caer.
Quien no arriesga no puede ganar. Es más, más vale haber fracasado por no haberlo conseguido que por no haberlo intentado.
Regodearse del mal ajeno es crueldad; hacerlo del propio es victimismo.
En los momentos de necesidad, si realmente necesitas una mano que te ayude, es cuando debes tener amigos a tu lado. Siempre se ha dicho, quien tiene un amigo tiene un tesoro, y es por eso que me considero rico.
Una vez dije que jamás volvería a pensar en el futuro lejano, porque el hecho de tener la vista clavada en el horizonte no te permite ver las cosas que hay a tu alrededor.
Los días, los meses, los años pasan demasiado rápido, y cuando haces un alto en el camino y miras hacia atrás te das cuenta de lo viejo que te has hecho desde aquella última vez que te detuviste.
Siempre lo más tonto es lo que más engancha, ya sean juegos, canciones o cualquier otra cosa. Sin embargo, con las personas no ocurre lo mismo, más bien cansan prematuramente.
¿Por qué cuando vamos al cine nos volvemos exigentes y luego en la tele nos tragamos cualquier mierda? Principalmente porque en el cine tenemos que pagar y la televisión nos sale gratis. Deberíamos ser igual de exigentes para ambos casos, dejar de ver basura, para así conseguir una programación decente.
Un buen profesional es aquel que no deja de serlo en ningún momento del día. Esto no quiere decir que nos llevemos el trabajo a casa, simplemente que tenemos que hacerlo bien siempre que surja la oportunidad.
Decir «no» es todo un ejercicio de madurez, ya que tiene que ser suave como para no causar daño pero lo suficientemente claro como para denotar sinceridad.
Cada uno sabe dónde mete la polla.
Pasa de paranoias que te hagan trasnochar.