He de confesar que el vídeo cachondo de la semana me lo enseñó mi hermana. El título del vídeo es DJ Smash feat. Fast Food – DJ Antoine & Yoko Remix, pero como estoy muy vago no me he preocupado de buscar si éste es el remix o la versión original ni quiénes son DJ Smash, DJ Antoine, Yoko y Fast Food. Intuyo que lo de Fast Food es por el uso tan «especial» y sugerente que le dan las muchachas a la comida rápida.
Por cierto, dos cosas. Primero, ¿qué pinta el gato ese? Segundo, un mensaje para los capitalistas que no saben leer el idioma de la madre Rusia: Волна se pronuncia Volna.
Este pedazo de tema musical es la banda sonora de la serie Malviviendo. La serie no sé de qué va, pero el vídeo, la música y la letra son para mear y no echar gota.
Los Colorados son una banda ucraniana que se han hecho bastante famosos por este cover. A decir verdad, me gusta mucho más que la original de Katy Perry.
Slagsmålsklubben son un grupo sueco de música electrónica cuyo nombre significa literalmente «el club de la lucha». El vídeo está inspirado en el de Röyksopp pero, en este caso, sí que me gusta la canción.
Una vez más, la versión en alta definición está disponible en la correspondiente página de Vimeo.
La primera vez que escuché a Carmen París fue gracias a esta versión del clásico de Joaquín Sabina, hace ya bastante tiempo. Pues hoy ha sido la primera vez que he visto una fotografía suya y he de decir que no encajaba con la imagen especulativa que tenía en mi mente. Se la ve bastante alternativa, hasta es posible que me la haya podido cruzar alguna vez por fuera del Haring, del Blues Bar o del O’Clock y yo sin darme cuenta.
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.