No quiero. No quiero ser importante y que pidas más de lo que te puedo dar. No quiero que tu felicidad sea a costa de mi tristeza. No quiero tu necesidad. No quiero ser tuyo. Porque tú no eres parte de mí.
Pensamiento del día
Desconecta un poco del resto para poder conectar contigo.
A veces para producir algo hace falta un poco de aburrimiento.
Las verdaderas amistades son aquellas que siempre están dispuestas a tomar un café aunque haya pasado mucho tiempo desde la última vez.
El equipaje de tu vida
Es curioso. Cuando te toca hacer una mudanza es cuando te das cuenta de lo que ocupa tu vida: son cuatro bolsas de Ikea llenas de ropa, otra con zapatos, una caja con documentos importantes y algunas fotos…
Pero nadie te avisa del equipaje emocional, el que está cargado de recuerdos, y ese es el que más pesa.
Cuando tomas entre tus manos simples objetos que te pegan un puñetazo en la barriga cuando te traen a la memoria momentos pasados, tristes o alegres, da igual. Cuando a tu alrededor están esas cuatro paredes que no te devolverán la mirada nunca más. Cuando ves la cama aún sin hacer, donde hace nada estabas llorando por una despedida dolorosa.
Y cuando ya has sacado todo y lo has cargado en el coche, regresas de nuevo para revisar que no falte nada que llevarte a rastras. Pero sabes que atrás quedará algo que no podrás recuperar: la mitad de tu vida, la mitad de tus años, la mitad de tu alma y la mitad de tus ganas de seguir adelante.
Entonces, sólo te queda agarrar fuerte lo que te queda, que es sólo tuyo, un amasijo hiriente de pena, incertidumbre, rabia, decepción, impotencia y otras rémoras que no logras despegar de tu cuerpo.
Y cierras la puerta, y cuando ese sonido te cae encima como la losa de un sarcófago, aprietas los dientes, te secas las mejillas y bajas la escalera hasta el fondo de ese sitio oscuro que a partir de ahora va a ser tu nuevo hogar.
Pero ya tienes experiencia en cuestiones de mudanzas, tanto físicas como emocionales. Y sabes que al principio cuesta adaptarse a los lugares nuevos, pero ya te has visto en otras, mejores o peores, y has podido salir adelante.
Eres más fuerte de lo que crees. Ánimo.