Sentir el color de tus ojos es mi intención porque los dos queremos esa mirada en el alma. Quizás ahora entiendo que hace falta cierta distancia para poder enfocar claramente la situación. Las cosas parecen mucho mejor cuando soy parte de la piel que envuelve tu ropa. Como el aroma que queda en las sábanas, nos regala ilusiones de cercanía en la lejanía. Recordando caricias y sueños más dulces, con suspiros húmedos y sonidos tibios, esas visiones que no dejan dormir la mente, que calientan hasta quemar la carne y el alma. Aún descubrimos sorpresas nuevas, cuando nos arrullamos muy cerca, tan cerca. Cuando cantamos alguna canción suavemente o agarramos nuestros cuerpos con fuerza. Tenía un misterio que no podía ser resuelto, tenía una historia que no terminaba de ser contada. Tenía un rompecabezas con algunas piezas perdidas, y eres tú el engranaje que no sabía que me faltaba.