Lo peor que puedes hacer cuando te marcas un objetivo es que su consecución dependa de las acciones de otra persona.
Los objetivos deben ser metas que dependan únicamente de ti, de manera que si no los alcanzas será tu responsabilidad y no tendrás la excusa para echarle la culpa a nadie.
Cuando alguien te gusta es un error pensar que se trata de una competición. Todo consiste en una simple elección, y lo mejor que puedes hacer al respecto es ser natural, no aparentar y no tratar de venderte; la decisión final no es tuya, es de la otra persona.