Sabes que realmente has superado tus fallos cuando los recuerdas y en tu cara se dibuja una sonrisa.
Lo más preocupante de todo es que existen personas que han crecido con los valores que les ha inculcado la televisión.
Hay quien teme las pesadillas y por eso se despierta; la auténtica pesadilla es comprobar que todo lo malo que está sucediendo no forma parte de un sueño.