A veces es mejor no pensar en el origen de las cosas porque si lo conocieras muy probablemente no podrías ser capaz de disfrutar de ellas.
¿La mentira da felicidad? ¿Y la verdad? La ignorancia puede que dé la felicidad pero sólo hasta que la persona se sepa ignorante.
Las mentiras son verdades hasta que descubres que son mentiras; puede que sea lo correcto el saber discernir la verdad entre las mentiras pero eso no significa que proporcione felicidad.