En realidad, el vaso siempre está lleno, nunca vacío.
Piensa que hoy eres lo más viejo que has sido en tu vida y lo más joven que jamás podrás volver a ser.
Contrariamente a lo que dice la creencia popular, el sueño perdido nunca se recupera; si un día duermes poco y al siguiente duermes mucho más esto se debe principalmente al cansancio.