No guardes cosas innecesarias, no sabes cuándo vas a necesitar el espacio que ocupan para cosas más importantes.
Demasiado a menudo la belleza y el pragmatismo no son variables compatibles entre sí.
Las mujeres suelen disfrutar de gratificaciones en ciertas circunstancias en las cuales los hombres no veríamos motivo de felicidad, como cuando después de mucho tiempo pueden volver a vestirse con alguna prenda; no hace falta que les quede perfecta, con poder caber dentro es suficiente.