Hay que saber diferenciar lo verdaderamente importante de lo que no lo es.
La felicidad de las personas rencorosas se basa principalmente en las desdichas ajenas.
Lo que algunos llaman verdad no son más que respuestas engañosas a preguntas para un eventual regreso a sus hogares y sus vidas. Puede que algunos aprendan de los consejos que les ofrezcan pero otros estarán perdidos para siempre en su propia realidad.