Todo es cuestión de probabilidad o posibilidad, nada más.
Lo imposible es simplemente aquello que no sabemos cómo conseguir, tan sólo tenemos que aprender la manera.
Cuando te enfrentas a dos opciones tan sólo tienes que lanzar una moneda. Funciona, no porque te dé una respuesta, sino porque en ese breve instante en el que se encuentra en el aire de pronto sabes qué es lo que estás deseando.