El 9 de julio arrancó el Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken en su XIX edición. Me quedó mucha pena de no haber asistido al concierto que dio CéU en la Plaza del Auditorio de Tenerife en primer lugar porque no tenía constancia del mismo y en segundo lugar porque de todas formas al día siguiente tenía que madrugar.
A la actuación que sí pude asistir fue la de Dee Dee Bridgewater el lunes 12 que prometía interpretar los temas más emblemáticos de la gran diva Billie Hollyday. De los temas que interpretó esta cantante de Memphis no conocía ni uno solamente aunque, eso sí, hizo gala de su gran capacidad interpretativa y regalando algunas improvisaciones de scat. En el escenario fue todo un espectáculo, bailando al son de la música y con mucha complicidad con los músicos de su banda.
Edsel Gomez estaba al piano, con la curiosidad de poseer antepasados canarios como él mismo pudo comentar; Lewis Hash deslumbró con algunos solos de batería impresionantes; Craig Handy acompañó de manera muy elegante a cargo del saxo y la flauta travesera, además de regalar unos cuantos solos con una armonía fantástica. Kenny Davis, el bajista, tuvo la oportunidad de tocar a dúo con la cantante, uno de los momentos junto con el solo del batería que más me gustaron de toda la velada.
Ayer, martes 13, el Ari Hoenig Trio tuvo su cita en la sala de cámara del Auditorio de Tenerife, dirigido por el batería Ari Hoenig que sorprendió al público con su increíble interpretación a la batería. Este hombre apareció con una camiseta roja con la bandera española impresa donde se podía leer «yo soy español» escrito sobre las barras horizontales. Los cambios de ritmo y los solos vertiginosos de este virtuoso de la percusión me dejaron estupefacto pero lo que sin duda alguna fue lo más increíble es la capacidad que tiene este músico para distorsionar el sonido de su batería con sus manos, codos o baquetas para conseguir extraer distintas notas.
El trío se completa con Giled Hekselman a la guitarra eléctrica, que supo extraer de las cuerdas de su instrumento desde acordes suaves hasta notas punzantes en sus solos. Al bajo estaba Orlando Le Fleming que, si mal no recuerdo, no tuvo ocasión de realizar ningún solo y se limitó a acompañar a los otros dos músicos. La nota negativa ha sido una persona que se encontraba un par de filas detrás de mí que no paró de interrumpir con gritos en inglés a los múisicos que, lejos de animar el ambiente, consiguió que gran parte del público se sintiese incómoda y molesta.
Después de esta actuación hubo un descanso de unos quince minutos y seguidamente hizo su aparición el Miguel Zenón Quartet, dirigido por el saxofonista puertorriqueño Miguel Zenón y con Luis Perdomo al piano, Hans Glawishing al bajo y Henry Cole a la batería. El saxofonista tan sólo se dirigió al público cuando estaba a punto de finalizar su actuación nada más, lo cual no sé si será un aspecto típico en él o es que deliberadamente y por alguna razón lo quiso hacer así. Todos los músicos excepto el bajista tuvieron ocasión de realizar solos que, para mi gusto, fueron demasiado extensos, lo cual no resta mérito a su interpretación pero sí que podían resultar un poco difíciles para aquellas personas poco familiarizadas con el jazz.
De hecho, durante la misma hubo algunas personas del público que se levantaron de sus asientos y se marcharon. Es más, al finalizar una gran parte de los asistentes abandonó la sala antes del bis del cuarteto, quedando el aforo bastante vacío, una pena porque interpretó una versión del bolero «Cómo fue», original del cubano Ernesto “Tito” Duarte Hernández, que fue sobresaliente. Personalmente, esta ha sido la actuación que menos me ha gustado de las tres que he visto hasta el día de hoy. Por cierto, las dos últimas fotos son del concierto en el Paraninfo de la ULPGC, cuando cuelguen las del Auditorio las cambiaré.