Lo que vemos por el microscopio parece muy grande aunque en realidad no lo es. Lo mismo ocurre con las excusas.
A menudo hacemos cosas que sabemos que no deberíamos hacer, y viceversa.
Soy un niño, no lo niego y lo acepto, y esto es una gran ventaja, simplemente porque no pierdo el tiempo pretendiendo parecer adulto. Es mejor actuar como un niño que reconoce serlo que ponerte en evidencia demostrando que lo eres mientras finges ser adulto.