Nunca escribas nada que no serías capaz de decir.
A menudo, l@s que más alardean de su adultez comenten las mayores niñatadas.
«Nosotros no somos personas, somos Fisios las veinticuatro horas del día.»
¡Ayer casi voy yo solo al cine!
Si hay algo que es superior a mí es andar cual cobrador del frac pidiendo lo que se me debe. Es me da una vergüenza extrema, pero no por mí, sino por la otra persona, lo que se conoce como vergüenza ajena. Será que a mí me gusta tener las cuentas claras, y no sólo en lo monetario sino en cualquier débito que tenga.
De todas maneras, también depende de la persona. Por ejemplo, una promesa de devolución vale más o menos, tiene más credibilidad o menos, dependiendo de la persona que la haga. No obstante, hasta que no tengo en mis manos lo que se me debe no puedo borrar la deuda.
¡Oh, sí! ¡Oh, sí! Mucho indagué, pero tiempo después y fruto de una búsqueda casual, ya he conseguido esta canción que tanto añoraba.
Cuando la playa se inundó de luz y sol
y cuando el mar con su rubor habló de amor,
cuando soñaba en el azul,
fue realidad ese soñar, llegaste tú.
Flor de un verano,
nuestro amor, tal vez, será,
que una fatal brisa otoñal, marchitará,
fin de mi sueño de ilusión,
que en esta playa naufragará mi corazón.
Y seguirán igual arena y mar,
la playa en soledad se quedará;
el eco de tu voz se extinguirá,
las huellas de los dos se borrarán.
Cuando en la playa nuevamente brille el sol,
allí estaré y junto al mar recordaré,
evocaré en la inmensidad de nuestro amor,
que me brindó felicidad.
Has de volver a aquella playa, te esperaré.
El tema en sí no tiene nada de gracioso, pero con este vídeo me he partido de risa con algo tan sencillo como unos signos de interrogación:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=PL3ijqxFLWQ]
A veces me siento
Pablo Milanés
como un águila en el aire.
Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas. Unas veces me siento como un acantilado y en otras como un cielo azul pero lejano. A veces uno es manantial entre rocas y otras veces un árbol con las últimas hojas. Pero hoy me siento apenas como laguna insomne con un embarcadero ya sin embarcaciones una laguna verde inmóvil y paciente conforme con sus algas sus musgos y sus peces, sereno en mi confianza confiando en que una tarde te acerques y te mires, te mires al mirarme