Me estaba ayudando a decidir sobre qué juguete le gustaría más a mi nieto cuando, de pronto, su cara cambió casi imperceptiblemente, mostrando cierto desconcierto.
-Anda, cógelo.
-¿Cómo?
-Tu móvil, sé que te están llamando.
-¿Pero cómo…?
-Llámalo como quieras, «percepción extrasensorial», «sexto sentido»… Yo prefiero llamarlo interferencias.
Le enseñé el audífono que llevaba. Al instante lo comprendió y se echó a reír. ¡Qué refrescante es la risa de las muchachas jóvenes!