Nueva tarea

noteYa desde hace un par de días la tarea de escribir las cosas que me preocupan me estaba resultando demasiado holgada porque, en lugar de plasmarlas con palabras, me quedaba con los pensamientos en la cabeza, los retenía, los analizaba y evaluaba y a continuación seguía con otra cosa.

Ahora toca elaborar una lista de pensamientos y hacer una raya al lado, algo así como llevar la cuenta de cada vez que se asome cada uno por mi cabeza. Tendré que llevar siempre encima una libretita para ir apuntando porque de otra manera no veo solución posible.

La extraña mente humana [y II]

lyonOtra muestra más de lo retorcida que es la mente humana es que esta noche cené atún con mayonesa en un bocata, y mientras me lo comía me encontré recordando cuando estábamos en Lyon sentados al lado de la catedral almorzando unos bocatas de lo mismo. Por si fuera poco, de postre comí yogur natural con muesli y me acordé de aquel desayuno en Luxemburgo, en el mejor albergue que tuvimos la suerte de visitar.

No sé, pero creo que tendré que vivir con estas cositas que me recuerdan tanto a ti, sólo que no las recuerdo con la tristeza que me embargababa ayer, más bien con el sentimiento melancólico que despiertan las cosas bonitas del pasado.

La extraña mente humana

mindCada día que pasa me encuentro a la mente humana más extraña y retorcida. Ayer mismo, después de la paliza anímica que llevaba, si le sumamos que no almorcé ni cené, dio como resultado una serie de pesadillas como jamás había tenido en mi vida. No recuerdo detalles concretos, sólo sé que cerca de las 7 de la mañana me quedé en estado de estupor, en ese estado que no sabes con seguridad si estás dormido o despierto, mirando al techo de mi habitación y viendo lucecitas blancas que aparecían y desaparecían.

Una noche inquieta dio paso a un despertar automático, ya que cuando me di cuenta realmente de que estaba despierto ya me encontraba dentro de la ducha enjabonándome el cuerpo. Salí de mi casa pensando en todo el día anterior, en toda la serie de acontecimientos que se habían sucedido y las repercusiones futuras, hasta que me di cuenta que estaba aparcando el coche en Ifara.

Parecía que todo el mundo sabía qué me pasaba, porque me preguntaban que cómo estaba y al yo decir que había estado mejor todos me daban palabras de ánimo. Mi primera paciente de la mañana me dijo que las personas que me querían me iban a ayudar a salir adelante, y eso que no le dije qué me pasaba realmente. Otro paciente me dijo que todo era solucionable, que no había ninguna situación que durase para siempre y que cualquier pensamiento podía cambiar de un día para otro.

La compi, sólo con ponerme una mano en el hombro me infundió el calor que me hacía falta. Mi amigo y compañero de trabajo me animaba diciéndome de ir a hacer cursos, demostrándome que hay más cosas que hacer en la vida que quedarse estancado lamentándose de que las cosas no salgan como esperamos.

No sé, hoy ha sido un día para recargar las pilas, y aunque no estoy al cien por cien de rendimiento al menos tengo suficiente como para volver a echar a andar poco a poco.

A todos vosotros, gracias.

Tópicos a desterrar. Yo invito

inviteHistórica y culturalmente siempre se ha establecido que en una relación el hombre siempre debe invitar a la mujer, ya sea al cine, tomar algo o almorzar. Parece que si un hombre no paga la cuenta queda mal, que es un caradura o, incluso, un vividor a costa de su pareja.

Pues no, yo he invitado y me han invitado, y no ha habido ningún tipo de problema en ese aspecto. Incluso he pagado a medias y en ningún momento me he sentido extraño. Así que a partir de ahora todo el mundo a pagar, que no sólo los tíos tenemos dinero.

Pigmalión

PigmalionQué voy a hacer si me gusta la mitología. Hacía tiempo que tenía apuntado en mi libreta de escritos pendientes un nombre: Pigmalión. Como hoy atenaza el aburrimiento, me ha dado por buscar información acerca de este mito y he dado de rebote con el efecto Pigmalión. Me quedo con la moraleja del mito:

Mantengamos las más altas ilusiones en aquellos con quienes convivimos; si sinceramente creemos en sus posibilidades, las veremos cumplidas.