Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia.
Cansado de proponer, ahora sólo pienso disponer.
Bienaventurados aquellos que saben aguardar porque al no perder la esperanza, al no desfallecer, recibirán los planes que han sido dispuestos para ellos.