Hay que ser valiente

valiente

Hay que ser valiente en esta vida.

Ya lo dijo mi compañero antes que yo, y no le falta razón. Hay que ser valiente para cumplir todas esas promesas que haces. Hay que ser valiente para decir lo que piensas y sientes. Hay que ser valiente para decir esas cosas a la cara. Hay que ser valiente para hacer lo que quieres. Hay que ser valiente para conseguir lo que deseas.

Es una pena que haya tanta gente cobarde

Incompetentes emocionales

emotionalPaseo mis dedos sobre las letras del teclado, intentando que algo me venga a la mente para poder escribir. De pronto me asalta una idea: la incompetencia emocional. Hay que ver cómo nos obstinamos en conseguir alcanzar una perfección sentimental cuando en realidad somos seres imperfectos. Yo mismo me tomo como ejemplo, obcecado en mis intentos de cambiar lo invariable, personas en las que la incompetencia emocional es inherente a ellas, cuando en realidad soy un foco caótico emocional.

Sé que no puedo hacer cambiar a nadie hasta alcanzar mi particular idea de lo que es adecuado, además que la persona resultante sería otra distinta a la par que artificial. Lo sé, maldita sea, hasta escribo sobre el tema. Sin embargo, ahí sigo, descontento por las reacciones aleatoriamente dispares que se generan a mi alrededor, en mi particular cruzada por modificar a los demás.

Pensamiento del día

suspiro

Los suspiros son las calladas palabras del alma.

¿Quieres saber por qué soy así? ¿Tienes miedo de la verdad? ¿O de mí?

¿Nunca has sentido la irrefrenable sensación de querer saber? Eres un jodido yonki de la información, necesitas cada vez más y hasta que no lo tienes no puedes descansar.

Fiestas no vernáculas

halloween¿Por qué coño tenemos que ponernos a festejar una fiesta anglosajona que ni nos va ni nos viene? Me parece más allá de lo patético el hecho de que la gente se disfrace esta noche, la noche de los difuntos, la noche de Halloween para los angloparlantes. No exagero si digo que menos del diez por ciento de la gente que esta noche sale por ahí para hacer la fantochada conoce la verdadera tradición del porqué de los disfraces: la gente se disfrazaba para ahuyentar a los espíritus de los muertos, no por divertirse. Luego, como todo, la tradición degeneró en pedir dulces por las puertas y, más aún, acabar etílicos por cualquier lado.

Vamos a ver, ¿acaso no tenemos unos Carnavales que son la envidia mundial? ¿No nos disfrazamos de lo que nos dé la gana durante más de una semana? Entonces, ¿por qué cojones tenemos que disfrazarnos una noche, que no viene a cuento en nuestra tradición?

Me pongo enfermo… Vaya personalidad más lábil que tiene la gente. Ya puestos a copiar, ¿por qué no nos vamos al cementerio y nos ponemos a bailar encima de las tumbas mientras comemos calaveras de azúcar?