Otro momento de aburrimiento dio como resultado otra tontería…
Neanderthal
Pensamiento del día
Debería cepillarme los dientes después de besarte por miedo a las caries de lo dulce que eres.
¡¡Aquí el único que tiene derecho a meter mano soy yo, y tengo un título universitario que lo confirma, así que a callar, cabrones!!
Todavía, después de tantos años, me sigue dando la misma sensación en el estómago cada vez que alguien me dice que ha leído mi blog.
Las cosas buenas llegan para aquell@s que saben esperar…
Intrusistas
Joder, últimamente todo el mundo tiene un titulillo de quiromasajista o está haciendo un curso o tiene algún conocido que lo está haciendo. Pues señores, yo ese título lo uso para sonarme los mocos o depositar en él cualquier otro tipo de desperdicio corporal que se me ocurra. Muchas veces se ha hablado por ahí del intrusismo que tenemos en nuestra profesión, cualquier persona con un titulillo de tómbola que se pone ha tratar con técnicas propias de la Fisioterapia y con cero conocimientos sobre indicaciones y contraindicaciones, y mucho menos sobre efectos fisiológicos, biomecánica o anatomía.
Me da asco que haya gente así, que no tenga ni un vestigio de ética o moral, que se autopromocione como tal o cual cuando en realidad tiene un trozo de papel higiénico que pone que sabe de algo, aunque en realidad haya aprendido a distancia y haya copiado en el examen que envió por correo. Lo que verdaderamente me corroe las entrañas es el pedazo de hijo de puta que tiene su centro en La Laguna, no recuerdo el nombre ahora mismo, y que justo enfrente tiene un garaje que hace las funciones de sede central de AcuCanarias. Mil veces y una más defeco sobre tu estampa, ojalá te quemen el puto chiringuito, pedazo de cabrón que te haces llamar fisioterapeuta y te dedicas a «formar» a gente, intrusistas todos, que nos quitan el trabajo a los demás.
Pintando sueños
Me gustaría poder recordar qué soñé la noche anterior. Creo que no es justo que toda esa creatividad subconsciente se pierda por el desagüe de la consciencia. Muchos artistas se fuerzan al límite de la vigilia para conseguir «dormir despiertos», procesos oníricos durante el estado de vigilia, de manera que luego puedan plasmar esas muestras creativas.
Lo que yo propongo es conectar una grabadora de sueños cada noche, para así después, por la mañana, rebobinar y volver a pasar la grabación. De todas maneras, creo que si nuestro cerebro no recuerda lo que sueña debe ser por algo, un sistema de autoprotección. No todo lo que soñamos puede ser agradable, de ahí las pesadillas, y conocer esa información de nosotros mismos nos puede llegar a asustar.