Mi vida es la de un protagonista de una película de los años 40 fuera de época.
Se exige que las modelos sean guapas, no por su belleza en sí, sino porque necesitan menos trabajo en el Photoshop.
Soy adicto a la sensación que te asalta cuando una chica que es tu amor platónico te confiesa que siempre se ha sentido atraída por ti. Lástima que esta situación sólo se dé en contadas ocasiones… ¡Pero qué deliciosa!