Ánimo agujereado

desilusiónTienes ganas de llevar a cabo un proyecto, una forma de trabajar, de dar mejor atención a tus pacientes. Todo esto supone una inversión personal y, como tal, pedimos una retribución monetaria. Cuando te ponen pegas, excusas tontas y se ciñen simplemente al doble proporcional de lo que estás cobrando, pues te desilusionas bastante. Pasas de ser un trabajador eficiente, un buen profesional con trato inmejorable hacia los pacientes, a una cantidad de dinero a final de mes. Todo esto te va mellando poco a poco, pero es que lo de ayer es muy fuerte…

Ya no podemos almorzar la comida que le dan a los abuelos, no existe el precedente y puede suponer que el resto de personal se revele y también quiera hacer lo mismo. No será por la cantidad de comida que tiran, tal vez les sale más rentable tirarla a la basura que dársela a los trabajadores. Además, tanto que comparan para el salario y demás, no temenos un horario normal, porque entramos a las 9 y salimos a las 17, mientras que los auxiliares salen a las 15, hora buena para llegar a casa y almorzar.

Si todavía sigo trabajando allí es porque tengo algo de esperanza en que se pueda arreglar tanto el salario como lo del almuerzo, siempre que quieran ellos que se arregle. Lo que pasa es que desilusión tras desilusión tengo el ánimo agujereado…

Confesiones

confessionPensaba dejarle un comentario a este post de Alas Negras, pero mejor escribo yo una historia al respecto. En resumen, el amigo Alby ha escrito una poesía sobre una chica, uno de esos caprichos platónicos sobre los que a veces uno escribe para ellos aunque sepas que jamás entrarán a tu blog y lo leerán. Es más, podrán entrar y leerlo pero no sabrán a quién va dirigido. La discusión viene suscitada por si uno debería decir las cosas o no, cuando te dicen la manida frase de «no tienes nada que perder».

Siempre que confiesas algo a algo a alguien vas a perder; pierdes la incertidumbre sobre el «qué dirá» en detrimento de una contestación, que puede ser favorable o desfavorable, quién sabe, pero ahí está la valoración que hagamos cada uno de la situación. ¿Nos compensa más mantenernos en esa incertidumbre o recibir una respuesta sea cual sea?

Si es favorable, pues mucho mejor para nosotros, hemos estado comiéndonos la cabeza tanto tiempo, gastando energías y neuronas en bucle, cuando en realidad con menos esfuerzo hemos conseguido lo que queríamos.

Si es desfavorable, pues es una putada, porque tenías una ilusión puesta en ello que se ve desvanecida, pero al menos sabes lo que hay y ya está, no tienes que andar pensando más sobre el asunto.

En realidad no hay buenas ni malas situaciones, dependen de cómo las juzguemos nosotros mismos. Si intentas ver el lado positivo seguro que lo encontrarás [en la inmensa mayoría de las situaciones].