Debería cepillarme los dientes después de besarte por miedo a las caries de lo dulce que eres.
¡¡Aquí el único que tiene derecho a meter mano soy yo, y tengo un título universitario que lo confirma, así que a callar, cabrones!!
Todavía, después de tantos años, me sigue dando la misma sensación en el estómago cada vez que alguien me dice que ha leído mi blog.
Las cosas buenas llegan para aquell@s que saben esperar…