Lo peor de las buenas noticias es esperar a que lleguen.
¿Acaso no debemos reivindicar nuestros derechos y exigir lo que valemos? Sí, pero si lo haces tendrás la espada de Damocles sobre tu cabeza.
Bajezas, eso es lo único que puedes esperar de alguien que ha llegado hasta arriba a base de pisar sobre los cuerpos de otros.