Después de liberar tensiones y charlar largo y tendido, he podido dormir bien estas últimas noches, demasiado bien para lo que estaba acostumbrado. Ayer, por ejemplo, pasé por el COFC y ya hice todas las diligencias necesarias, luego pregunté en las autoescuelas cercanas a mi casa para lo del carnet de moto [A] e incluso me acerqué al concesionario Ducati para desconsolarme de mala manera, babeando como un cabrón sobre las máquinas en exposición. Impresionantes las Buell, jamás había oído hablar de esa marca, vaya diseño…
El punto negativo es la incertidumbre que existe ante mi futuro profesional, ya que estamos a la espera de una reunión con el jefe para ver qué se ha discutido con las altas esferas. Espero que el proyecto que tenemos en mente no corra peligro de morir tan joven.
Una respuesta a «La cosa no va [tan] mal»