Hitler tenía bigote. Franco tenía bigote. Aznar tenía bigote.
¿Habrá alguna relación?
Siempre he tenido la duda sobre cómo llamar a los oriundos de Israel, porque he leído las dos maneras. La razón de esta historia no tiene tantos fines lingüísticos, simplemente es una excusa para soltar mis malas ideas escatológicas que pesan sobre todos estos hijos de puta que se dedican a bombardear el Líbano o bien están a favor de estos bombardeos.
Me hace gracia que los otros hijos de puta que son los Estados Unidos, que se meten en todos los conflictos que pueden, justo en este no tienen nada que decir en contra. Es más, el cowboy retrasado que tienen de presidente no tiene ningún tipo de problema para decir que lo único que hace falta es bombardear un poquito más para quitarse el problema de encima. Lo que quizás muchas personas no sepan es quién manda en Estados Unidos. Todos los políticos son marionetas de espectáculo barato y los titiriteros son los empresarios, el motor económico de ese trozo de mierda en el mapa que se extiende por cuatro husos horarios.
Lo más inquietante de todo no es que las empresas de armamento se froten las manos con el mercado armamentístico que se les presenta encima de la mesa, lo realmente espeluznante es que la riqueza de Estados Unidos está en manos de judíos. Sí, los judíos, cuya cuna de sus antepasados fue Israel y que pasaron por tantas penurias a lo largo de la historia, mártires del mundo por ser el pueblo elegido de Dios y siendo todos hijos de Abraham, tocayo mío. Luego, ya se pueden ir haciendo a la idea de por qué a EE.UU. no le importa que los cabrones de Israel maten inocentes, es más, creo que disfrutan viendo cómo después de años de ser perseguidos pueden volverse contra el mundo que los odió y darle por culo, en pura actitud rencorosa y vengativa.
Tiempo al tiempo, sólo digo eso, que Israel por ahora sólo se está centrando en sus vecinos, pero llegará el día en que España se vea amenazada por este país. Mientras tanto, en EE.UU. «Bush Jr.» estará dando saltos de alegría ante la perspectiva de volver a colocar en el poder de nuevo a «Ansar«, su fiel perrito faldero. Después de todo, los Estados Unidos ya tienen experiencia en cololocar dictadores en otros países, como por ejemplo, en Sudamérica.
Acabo de leer en un artículo de Bandaancha sobre este pequeño programita que ayuda a eliminar el DRM de los archivos de Windows Media.
Hacía años que no cogía olas con tabla [bodyboard], recuerdo que la última vez fue en Valle Gran Rey y casi no la cuento, porque me cayeron encima tres olas de una serie de 2 metros. Después de esa experiencia traumática dejé la tabla aparcada durante bastante tiempo y acabé cogiéndole gusto a coger olas de pecho [bodysurf] pero más pequeñas y no tan de cucharón. Años después, en la playa de La Tejita me ocurrió un acontecimento parecido al de La Gomera en el que aparte del susto me quedó como recuerdo una brecha sangrante en la cabeza.
Pues bueno, esa vez no dejé mi afición a coger olas de pecho, y de hecho he pasado muy buenos momentos con las olas juguetonas de Punta Brava, sobretodo aquel en el que salté por los aires, pero [M] me reavivó mis antiguos recuerdos de bodyboard. Hace un par de semanas fuimos a Taganana con las tablas para reirnos un poco con las olitas que había en la playa del pueblo. Recordé cómo coger las olas de derecha e izquierda, a hacer el patito, incluso a ponerme de torero.
Estos últimos días ha habido mar fuerte según los datos de la boya de Anaga, y ya [M] me había dicho de ir a Taganana cuando las olas eran un poco más pequeñas pero yo tenía las tardes ocupadas. Ayer al final pudimos ir y justo coincidió con el día de mayor fuerza, con olas de 2-3 metros en la playa de Almáciga. Nada más llegar me empezaron los primeros ataques de mi subconsciente, con temblores al ver las olas y acordarme de mis otras dos experiencias, maldito sea. Tenía el equipo de [H] que me había prestado y me preparé calentando bien las articulaciones. Nos echamos a la mar y desde el principio empecé a notar que algo no iba bien, mi resistencia no era la misma que años atrás así que empecé a notar el cansancio mientras remaba hacia los picos.
[M] iba como si nada y yo cada vez me veía más lejos de él, y me costaba cada vez más hacer el pato para evitar las olas hasta que llegaron las dos últimas de la serie fuerte y me cogieron bien. Entre el cansancio que tenía y lo apurado que me puse se me soltó la tabla [cosa que se debe evitar SIEMPRE] y perdí la orientación de arriba y abajo. No sé cómo pero llegué a tocar el suelo y me pude impulsar hacia arriba mientras notaba que se me acababa el aire. Logré aferrarme a la tabla justo a tiempo para coger aire y volver a hacer el pato pero no lo suficientemente profundo así que me volvió a coger la última ola. Otra vez se me resbaló la tabla pero al notar que me tiraba pues pude salir rápidamente aunque apurado por el miedo inconsciente que sentía. Me pude separar de la zona de pico fuerte y logré llegar hasta donde estaba [M] reventado y con ganas de salir del agua por cualquier medio.
Las olas llegaban y no paraba de remar para no tener que verme obligado a hacer el pato sino pasarlas por encima. De pronto vi una ola bastante grande que se acercaba y tomé una decisión absolutamente visceral, virar y remar para cogerla en lugar de evadirla. La sensación de velocidad era increíble, nunca había cogido una ola tan grande sin tener un percance y además estaba acercándome rápidamente a la orilla. Duraría 10 segundos pero para mí el tiempo se expandió hasta límites insospechados ya que hasta me atreví a frenar un poco con las aletas para luego con un impulso de mis pies volver a acelerar de nuevo. No pensé que me podía sentir tan bien cogiendo una ola.
Llegué a la orilla exhausto, dejé todo excepto la licra encima de la tabla y me tendí en la arena para intentar recuperarme de la sensación de mareo que notaba. Cuando me recuperé, y animado por [R] volví a entrar y volví otra vez a la zona de picos después de remar y remar. La diferencia sustancial de la segunda vez respecto a la primera fue que me enfrentaba a cada ola con odio más que con miedo, y así fue como volví a coger otra ola enorme hasta volver a la orilla. Me sentí triunfalmente satisfecho, lo suficiente como para dejar la tabla y atreverme a coger alguna de las olas más pequeñas que llegaban a la orilla a pecho. Conseguí coger dos, pero como resultado tuve un calambre en la cabeza externa del gemelo izquierdo, así que salí y decidí que ya estaba bien. Después de años había me había vuelto a bautizar, con situación peligrosa incluida. Ahora me estoy concienciando de que necesito hacer ejercicio porque me estoy perdiendo muchas cosas.
Últimamente he estado algo ocupadillo y paro muy poco tiempo en mi casa, sólo para repostar combustible [comer] y dormir. Salgo del trabajo, almuerzo, voy a casa de doña [C], luego a casa de la abuela de [I] a tratar a su tía, después a la óptica, a continuación a mi casa, ceno y de ahí a casa de [J] a echarme unas partiditas al Risk. Al terminar vuelvo a mi casa, me acuesto y al día siguiente lo mismo.
Lo de la óptica es porque estaba haciendo unas pruebas para las lentillas, pero se ve que incluso con las que tienen características avanzadas como airbag de serie y cierre centralizado se me resecan demasiado los ojos, más incluso que con las antiguas. Supongo que tendré que ir al oftalmólogo para que me haga una prueba de lágrima a ver si segrego suficiente como para mantener hidratadas las lentillas.
Bueno, pues esta ha sido mi tónica desde la semana pasada que empecé de nuevo a trabajar. Por ahí pueden decir que es monótono, pero como hago lo que me gusta pues no me resulta tan pesado. Lo peor son las horas después del almuerzo, que justo entra la modorra cuando me tengo que ir otra vez. Es en esos momentos cuando tengo que echar mano de mi fuerza de voluntad para no irme a la cama a dormir.
La imagen de la derecha la vi en Francia. Por lo visto Bélgica ha sido el primer país europeo en votar en contra de las bombas de racimo, y el resto de países no han dicho nada de nada. Es una campaña para conseguir firmas para la causa, en la cual ya he firmado.
De todas maneras, creo recordar que las bombas de racimo ya estaban prohibidas por la OTAN, pero no sé, como en las últimas guerras los mayores hijos de puta mundiales [léase Estados Unidos] se han hartado de lanzar este tipo de armas pues no sé. Es que como van de independientes, reyes del mundo, y pueden hacer lo que les dé la gana…
Bueno, lo dicho, firmen en contra de las mutilaciones y las muertes de inocentes por culpa de los intereses de cuatro empresarios que son los que controlan el cotarro. Otro día les cuento quién manda en Estados Unidos, y no precisamente los políticos.
La otra imagen es sobre una película de animación francesa, que tenía un cartel tan grande que necesitaba de dos expositores, uno al lado del otro. Se trata de Azur et Asmar, una película que [según cuentan] trata sobre la convivencia de las culturas. La película ni me va ni me viene, simplemente quería comentar la orgía de colores que es el cartel.
Cada vez que lo veía, y esto ocurría siempre desde la ventanilla del tren, me quedaba como bobo mirando los detalles de las plumas y los pelos de los animales, además que los colores son extremadamente llamativos. Lástima que no sacase una foto in situ para que se notasen las dimensiones.