Me apiado de todas esas chicas que se obstinan en pesar X kilogramos porque quieren estar acordes a los cánones de belleza, ¿pero quién se encarga de especificar qué es bello o no? ¿Los modelos? Si eres de personalidad lábil y crees que los tíos y tías que salen caminando por la pasarela representan la belleza, ¿entonces los pobres niños de somalia son el summum? ¡Anorexia al poder! No, los maniquíes no son los indicadores. ¿Los diseñadores de ropa? Hay tallas para todos los gustos, tamaños, formas y demás variables. Las prendas de vestir no te obligan a tener un tamaño específico porque son ellas las que se adaptan a ti y nunca al contrario.
Si no es la moda, ¿son los medios de comunicación? En la televisión sale todo tipo de fauna: altos, bajas, gordos, delgadas, de nariz ganchuda, orejas de soplillo, tetas grandes, culos pequeños… En las revistas hay más de lo mismo, variedad y más variedad, cada persona a su estilo. ¿Los anuncios para adelgazar? Yo los escucho pero sé que no hay métodos milagrosos, como no haga más ejercicio la barriguita que me está saliendo no va a desaparecer por sí sola, ni tampoco voy a quitarme esas cartucheras, ni voy a levantar las nalgas fláccidas y mucho menos reafirmar los pechos caídos.
A ver si nos enteramos, la verdadera belleza no está frente a nuestros ojos. No voy a entrar en el típico tópico de "lo bonito está en el interior" porque todos sabemos que no es así. Cuando estás en la terracita de verano y ves pasar a alguien no te atrae porque tenga sentido del humor o le gusten los libros de Agatha Christie. El componente sexual es lo que manda, y no hay nada más que decir, porque a lo mejor a mí me gustan altas, morenas, delgadas y con buenas tetas, pero al colega de al lado le gustan bajitas, gorditas y pelirrojas. Luego los cánones de belleza se la traen al pairo a nuestro cerebro a la hora de diferenciar una tía que esté buena o no.
La verdadera belleza se encuentra a nivel anatómico, a nivel fisiológico, a nivel celular… Tu retina recibe el estímulo visual, porque ella está frente a ti con ese vestido, el pelo suelto y sonriéndote. El impulso nervioso viaja por la red neuronal y tu hipotálamo te dice que te gusta muchísimo, que no has visto nada tan bello y esto llega a los oídos de las glándulas suprarrenales que empiezan a soltar adrenalina a borbotones. La placa neural de tus músculos comienza a recibir las descargas de los nervios motores y casi sin darte cuenta ya estás rodeándola y dándole un beso apasionado.
Eso es la belleza, la compleja obra de arte que somos cada uno de nosotros, y olvídate de todo lo demás.