Ausencia

No puedo decir que te has ido de mi lado ya que técnicamente sólo estuviste a esa distancia en contadas ocasiones. Fueron pocas, y me hubiese gustado que fuesen más y mejores, pero ya nada puede cambiar el pasado. Tan sólo pensar en ti en el presente y soñar que volverás en el futuro. Se me hace extraño y difícil el no poder hablar contigo, tantas palabras dichas y tantas otras calladas. Cuántas veces nos quedamos con las ganas de hacer eso que queríamos, cuántas veces hicimos lo que pensábamos mutuamente.

Acuerdos tácitos, ideas que brotaban desde el centro del alma y no del corazón, porque los nervios no le dejaban tiempo nada más que para latir rápidamente. Milímetros de tu nariz hasta mi nariz, vencidos por la atracción como imanes en polos opuestos. No te rendiste, ni yo tampoco, fueron nuestros labios que pidieron tregua unos a otros. En el húmedo descanso, liberación después de tanto soñar el momento y por fin vivirlo despiertos aunque ebrios de sentimientos. Cadenas que nos atan, unas más tensas que otras, otras más largas y otras más cortas. No hace falta explicar lo que se conoce y entiende, porque tú lo sabes y yo lo sé.

Antes no estábamos cerca, pero ahora te siento lejos, y sé que llegará un día que la distancia sea aún mayor, pero no quiero torturarme con esa idea, no todavía. Me iré al calor, entre nubes de números mientas te paseas etérea por el cielo y más allá. Siempre te has infravalorado, y me dicen que no debo… Pero qué sabrán ellos. El ser holístico prima sobre la trémula carne vacía de ser.

Puedes pensar que es el sueño, yo también lo pienso, pero no me lo creo. Ver no siempre es creer, pero al tocarte te veo, y te siento fugaz sobre mi piel. ¿Recordaremos momentos mejores? Vuelve y lo comprobaremos, porque en el fondo y aunque no me lo confieses, sé que lo quieres igual que lo quiero yo. Muchos celos siento de los tuyos, pero mi propósito es firme como para amilanarse ante sus miradas. No saben de mí como yo no sé de ellos, pero ellos lo hacen por ti por miedo de mí. Que no teman, es lo que quiero que sepan, pues daño es lo menos que quiero inflingir.

Poema en la noche, verso de canela y sábanas, perfume tuyo que queda sobre mí, no importa cómo haga no se irá pues queda dentro de mi pecho y mi ser, grabado a fuego aunque no lo desees mientras te echo de menos. Te has ido y mi alma se va contigo. Adiós, alma mía, adiós…

Ergo…

Al fin encontré mi redención cuando tus labios se rindieron a los míos.

Down Here on the Ground

«Down Here on the Ground» es una canción del prolífico compositor, pianista y director de orquesta argentino Lalo Schifrin. Entre algunas de sus composiciones más famosas se encuentran algunas bandas sonoras de películas y la que quizás sea su obra más conocida, la melodía de la serie de televisión «Mission: Impossible». La letra de «Down Here on the Ground» es obra de la cantante canadiense de origen neozelandés Gale Garnett cuyo mayor éxito lo obtuvo con su canción «We’ll Sing in the Sunshine».

Existe una versión instrumental sinfónica de «Down Here on the Ground» que formó parte de la banda sonora de la mítica película «Cool Hand Luke«, titulada «La leyenda del indomable» en nuestro país, estrenada en 1967 y en la que participaba el actor Paul Newman interpretando el papel de un recluso rebelde que se negaba a seguir las reglas del sistema.

Muchos artistas han realizado versiones de esta canción como el guitarrista Wes Montgomery o el cantante Lou Rawls. Sin embargo, la que para mí es la mejor versión que he escuchado, es la que publicó el guitarrista George Benson en su disco «Weekend in L.A.» grabado en vivo. La primera vez que la escuché fue con 12 años, cuando encontré por casualidad en mi casa una cinta que había tirada dentro de una caja pero que perdí hace ya mucho tiempo. Ahora que he vuelto a tener el disco en mis manos recuerdo lo que sentí aquella vez, y es que tanto la melodía como la letra me encantan.

Te siento

Acaparas mis sentidos

Perfumas mi ser con tu dulce olor provocándome
Aún quema sobre mi piel tu lengua juguetona retándome
Cada vez que cierro los ojos ahí está tu cara sonriente
Saboreo mi mordisco prohibido en tu carne con deleite
No existe silencio para mí sin tu voz hablándome
No sé bien cómo sucedió, pero estás enamorándome

Inconexus

Es en la brevedad de tus labios donde encontraría mi descanso eterno.

No hay nada más injusto que la vida.

Es ante las puertas de la muerte cuando te asedia del miedo a lo inevitable.

En mi alma resuenan las tristes notas finales del vals que pudo ser.

En estado de sublimación de sólido maleable a gas volátil, así que piénsatelo antes de jugar con un mechero.

Honoris Causa en Ingeniería Emocional.

Bienaventurado yo, porque no soy como tú.

Entendiendo

Vaya, parece ser que por fin voy conociendo tu forma de ser. Ahora que lo pienso fríamente y con los nuevos conocimientos que poseo pues creo que no hacía falta ponerse de la manera que me puse. Sin embargo, creo que alguna otra vez volveré a cabrearme, y es que somos muy distintos.