Desde la estepa

Desilusionado, seguí mi camino, no sabia adónde, para mí no había objetivos, ni aspiraciones, ni deberes. La vida sabía horriblemente amarga; yo sentía cómo el asco creciente desde hace tiempo alcanzaba su máxima altura, como la vida me repelía y me arrojaba fuera. Furioso, corrí a través de la ciudad gris, todo me parecía oler a tierra húmeda y a enterramiento. No; junto a mi fosa no había de estar ninguno de estos cuervos, con su traje talar y su sermoneo sentimental y de hermano en Cristo. Ah, dondequiera que mirara, dondequiera que enviase mis pensamientos, en parte alguna me aguardaba una alegría o un atractivo, en parte alguna atisbaba una seducción, todo hedía a corrupción manida, a putrefacta medioconformidad, todo era viejo, marchito, pardo, macilento, agotado. Santo Dios, ¿cómo era posible? ¿Cómo había podido yo llegar a tal extremo, yo, el joven lleno de entusiasmo, el poeta, el amigo de las musas, el infatigable viajero, el ardoroso idealista? ¿Cómo había venido esto tan lenta y solapadamente sobre mí, esta paralización, este odio contra la propia persona y contra los demás, esta cerrazón de todos los sentimientos, este maligno y profundo fastidio, este infierno miserable de la falta de corazón y de la desesperanza?

Hermann Hesse. El lobo estepario

Pensamiento del día

hae

No sé por qué, pero ayer por la noche tenía más de lo normal, un odio hacia todo en general y hacia nada en particular. Me preocupaba, pero ya no tanto.

A veces siento asco de mí mismo, por las cosas que pienso, por las cosas que sé y por las cosas que hago. Otras veces simplemente me siento orgulloso por las mismas razones.

I just wanna dance with you some song, sing it to you an lie watching the sky full of stars.

Argh…

Y pensar que yo estuve ahí… Antes de avergonzaba pero es que ahora me dan arcadas, sólo con imaginar los que han pasado por ahí antes y después que yo. No sé en qué demonios estaba pensando, es más, no sé si pensaba en aquellos momentos. Como diría Vicente Aro con esa voz de whiskero fumador, «¡Qué bonito! ¡Qué assssco!«.