Nada más

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Tuvimos nuestra oportunidad, pero nunca me llamaste
y por eso empecé a enfriarme,
y empecé a cansarme de este cambio de estación.
Cansado de falsas sonrisas, falsas miradas y falsos besos.

Tuvimos nuestra oportunidad, pero no la sujetaste
y por eso me escurrí entre tus dedos,
y me cansé de este invierno sin calefacción.
Cansado de palabras baratas, excusas baratas y caricias baratas.

Pero cariño, sólo quiero que sepas
que nunca quise regalos ni limosnas sin merecer.
Porque todo lo que quería
era que tú me quisieras
y que tú quisieras que me quedara.

Nada más.

Calmaria

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Anoche, fruto de una conversación casual, surgió una idea que me pareció interesante.

La única forma
en la que podría estar tranquilo es
descansando mi cabeza sobre tu pecho
y escuchar el susurro de tu respiración sobre mí;
preguntarte entonces si me quieres
y que tu voz y tu corazón
me respondieran al unísono un sí sincero.
Sólo podría estar tranquilo
de esa manera.

«Calmaria» en portugués significa calma, tranquilidad.

Equinoccio de primavera

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Llega la primavera y dicen que altera la sangre y los corazones, aunque como yo ando todo el año de la misma manera tampoco supone demasiada diferencia salvo por los posibles brotes de alergia.

Navego a la deriva y perdido
bajo la luz de un sol mortecino
a rastras y con pasos cansados
persiguiendo a quien huye de mí.

Vivo, pero a la vez algo muerto,
con un hueco en el centro del alma
que ocupara hace ya tanto tiempo
mi viejo espíritu malherido.

Sufre mi corazón de agujetas
por muchos latidos derramados
por otro corazón orgulloso,
por un amor no correspondido.

Un cuerpo maltrecho y dolorido
de huesos, carnes y sentimientos,
con una pena intensa en el pecho
por suspirar por quien no ha querido.

Mis ojos pasean su mirada
buscando cierto bálsamo en vano
que alivie por fin el sufrimiento
de vivir con este sino amargo.

Y seguimos viendo pasar las estaciones, cambiando el tiempo, los olores y también los colores, pero hay ciertas cosas que no cambian, nunca cambian…

La realidad

Molino de agua

Ya sé que no tiene rima, ni asonante ni consonante, pero me apetecía escribirlo y ya está. Las reclamaciones han de ser trasmitidas al servicio de atención al cliente.

Incluso cuando he sido golpeado por una realidad mejor
he recogido los trozos desperdigados de mi propio yo.
En verdad no importa cuántas veces me visite el final porque
en cada ocasión me ha animado con una palmada en mi espalda.
Preocuparse continuamente por el significado de las cosas
no necesariamente nos permite dejar de estar confusos.
Muy al contrario, a menudo obceca nuestra mente y sentidos
y siempre nos lleva de nuevo hasta una nueva pregunta.

Puedo dibujar el contorno del futuro porque sus límites
están cimentados sobre todas las osadías del pasado
y construidos con los acontecimientos del presente.
Pero tal vez no lleguen a ser porque son sólo incertidumbres.

Escalar este alto muro es muy distino a lo que pensaba
pero avanzar hasta el otro lado hará que se desvanezca.
Delante tengo un largo y tortuoso camino por recorrer
que fue elegido hace tiempo por mí mismo, no por nadie más.

Tuvimos que arder, yo junto con todos mis tenues sueños
para rasgar así la oscuridad con la luz de nuestra llama.
Pero ante todo sé que al otro lado del muro derrumbado
a mi espalda estarán las ruinas y podré ver mi propio cielo.

En realidad, es ley de vida.

Quisiera

Tutorial - after

¿De qué sirve querer algo si no se hace nada por conseguirlo? Es un deseo suspendido en el aire que va consumiendo poco a poco lo que hay a su alrededor, como una estrella que brilla cada vez con mayor intensidad y puede llegar a quemar.

Quisiera callar a veces de pronto nuestras conversaciones
usando mis taimados besos y caricias como coartadas,
componiendo con tus suspiros una sinfonía de placeres,
escribiendo con mi boca canciones en tu cuello y tu espalda.

Quisiera ser para tu erótica música ese baile sensual,
acaso pincel que regala sueños de colores a tu lienzo,
mientras tus uñas rasgan el frágil velo que protege mi piel
y mis dientes señalan en tu mapa la equis de tu tesoro.

Quisiera ser ese lunar que me tienta caprichoso y travieso
para así permanecer más cerca de tus labios y tu sonrisa,
y hacer que mis dedos se enredaran entre tu pelo revoltoso
como riendas en las manos del jinete que cabalga aprisa.

Quisiera verte cimbrear las formas que bajo tu ropa siento
igual que la caña de azúcar que bajo la fiera tempestad
se mece, se dobla y después del impetuoso azote del viento
se revela tan dulce para reclamar de nuevo su lugar.

Quisiera ser para ti esa lluvia de tibias gotas saladas
que se atreve a caer perlando todo tu cuerpo de sudor
y consigue inundar tus pensamientos con húmedas promesas
en una tormenta apasionada de placeres sin pudor.

Quisiera naufragar en tu océano de impetuosas corrientes
para aferrarme a tu pecho como aquel marinero perdido
que crea una balsa con los restos del que fuera su navío
para finalmente en los bajíos de tu cuerpo quedar varado.

Quisiera permanecer en la frondosa isla de tus encantos
y convertirme por un sortilegio en un pequeño colibrí
para libar el acaramelado néctar, siempre volando,
de esa flor tropical tan celosamente guardada en tu jardín.

Quisiera conseguir dejar de soñar con todas estas cosas
pero me es imposible porque toda tú eres una fantasía,
figura retórica e inspiración de mis versos y mi prosa,
la viva imagen de mis anhelos, todo lo que mi cuerpo ansía.

Sin embargo, ¿de qué sirve querer escapar si no se puede hacer nada por evitarlo?