Pensamiento del día

Muy pocas cosas son lo que parecen, tan sólo las obvias y precisamente porque no dejan lugar a dudas.

Las almohadas guardan nuestros secretos cada noche; afortunadamente, aunque quisieran, no pueden hablar.

Recuerda mantener tu corazón caliente y tu cabeza fría, e intenta usarlos de manera inteligente.

Hoy creo en Dios

diosPensaba hablar sobre la noche, la luna y las estrellas. Pensaba hablar sobre lo más elevado y lo más terrenal. Pensaba hablar sobre certezas e incertidumbres. Al final no ha hecho falta hablar a oscuras con el viento.

Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en Dios!

Gustavo Adolfo Bécquer

A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Idealista

playa

Llegué a tu playa cual náufrago de océanos pesarosos para acabar varado entre tu pelo y las dunas de tu cuerpo. Me diste de beber de las frescas aguas del manantial de tus labios y probé los más exquisitos frutos que me ofreció tu piel. Descansaba del sol abrasador del verano cobijado por tu sombra, observando cómo te cubrían las olas de tus sábanas. De noche, miraba las estrellas de tus ojos apoyado en el suave tronco que eran tus muslos. Luego dormía arrullado por la suave brisa de tu respiración y me despertaba el frío del alba cuando tus brazos no me abrazaban.

Tus dedos se enredaban entre mis suspiros y yo susurraba una canción tejida con palabras juguetonas, mientras nuestros cuerpos bailaban un tango de pasión. Conversábamos largo y tendido con nuestro silencio, observándonos vestidos con nuestra desnudez, dejando volar pensamientos. ¿Comprendes ahora por qué soy un idealista? Sólo existes en mi imaginación mientras tú sueñas conmigo en algún lugar, esperando que la causalidad nos una.

Pensamiento del día

noche

La noche debilita los corazones.

Muchas veces hay que perder para poder ganar.

Más vale fracasar por no haberlo conseguido que por no haberlo intentado.

Anoche soñé contigo [otra vez]

playa

Anoche volví a soñar contigo, era de noche y estábamos en la Playa del Inglés [Valle Gran Rey, La Gomera], tumbados boca arriba sobre una de las toallas enormes que tengo para la playa. Mirábamos el cielo estrellado en silencio, escuchando el sonido de las olas rompiendo en la orilla, las pardelas graznando a lo lejos y tu respiración tan próxima a la mía.

Te dije la frase que siempre he querido regalarte y tu respuesta más inmediata fue un suspiro cargado de emociones. Te giraste hacia mí, me abrazaste y me dijiste al oído una frase que, aunque haya salido de mi imaginación, ojalá me dijeras algún día:

Deja de soñar despierto, cierra los ojos y hazlo realidad.

Y me regalaste un beso tan intenso… Me desperté unos minutos antes de que sonase el despertador, y esta vez no me dormí de nuevo para buscarte entre mis sueños porque sabía que era imposible.

Heridas…

La noche me mordió, me contaminó, como todas las heridas por mordedura, y desde entonces escribo en la oscuridad. La curiosidad me picó y desde aquel momento he sido una mente inquieta en busca del saber. El ángel de los ojos cubiertos me lanzó una flecha y desde ese instante sangra mi corazón.

Heridas de guerra al fin y al cabo…