Historia y cáncer

Av PágA estas alturas creo que es de dominio público que mi interés por ciertos temas a menudo no es compartido por el resto de la gente a mi alrededor. El ejemplo más reciente fue la introducción a un trabajo de Enfermería Comunitaria sobre la evolución histórica del cáncer de pulmón desde hace treinta años.

La cuestión es que, como era de esperar, me he venido arriba y me he puesto a buscar información sobre la etimología de la palabra «cáncer», que ya conocía pero a nivel de curiosidad y no en profundidad.  Luego me he liado con ciertas nociones de literatura clásica, un poco de historia antigua y, ya que estaba, una pizca de paleopatología.

Vamos, una bola de nieve cuesta abajo.

Y como también era de esperar, son cosas que sabía que no iban a interesar al resto de integrantes de mi grupo de trabajo. No les reprocho nada, en realidad he sido un poco egoísta y, como me lo he pasado tan bien buscando información que me resultaba tan curiosa, pues me ha salido una introducción un poco extensa.

Luego al reunirnos y ponerlo en común se ha decidido reducirlo considerablemente. Bueno, no hemos puesto en común nada porque he sido yo el que ha hecho la introducción. En realidad les he ahorrado el mal trago de decirme que no les importaba una mierda todo aquello y simplemente he seleccionado el texto y le he dado a la tecla de suprimir sin pena alguna porque, como a veces las veo venir, ya había salvado el texto.

Corralejo, Lobos y LanzaroteLo cierto es que no tenía pensado publicarlo aquí pero, luego de pensarlo un rato, he pensado que era una oportunidad desperdiciada el guardarlo en mi disco duro. Al fin y al cabo, tan sólo he leído un par de artículos que cualquiera puede encontrar con una búsqueda bibliográfica normal y corriente, he extraído la información y he intentado redactarla de una manera más o menos legible. Ah, y con sus referencias «Vancouver style».

Lo dicho, tanto si eres un friki de las Ciencias de la Salud como si necesitas algo que leer en la cama para poder dormir, aquí va una somera revisión bibliográfica del origen histórico del cáncer.

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La música de las secuelas

Melody Gardot in ParisEscuchando el último podcast del programa de Radio 3 Trópico Utópico he escuchado la historia de Melody Gardot, una cantante y compositora estadounidense, concretamente de Filadelfia.

Mientras se encontraba con su bicicleta en noviembre de 2003, con 18 años, fue atropellada por un conductor con un Jeep Cherokee que se había saltado un semáforo en rojo. En el accidente sufrió graves heridas en la cabeza y la columna y su pelvis se fracturó en dos partes. Debido a estas lesiones estuvo confinada en su cama de hospital durante un año y tuvo que permanecer acostada boca arriba todo ese tiempo. Como consecuencia además tuvo que aprender de nuevo tareas sencillas como cepillarse los dientes y aprender a caminar. El efecto más notable de sus lesiones neurales fue que desarrolló una hipersensibilidad tanto a la luz como al sonido, por lo que necesita llevar gafas de sol oscuras prácticamente todo el tiempo para proteger sus ojos. El accidente también provocó problemas de memoria a corto y largo plazo además de dificultad en el sentido del tiempo. Gardot a menudo se refiere a esta condición como «escalar el Everest cada día» ya que a menudo se despierta sin recuerdos sobre lo que tiene que hacer ese día.

El accidente había dañado las vías neurales entre las zonas cerebrales que controlan la percepción y la función mental superior por lo que Gardot se convirtió, según sus propias palabras, «un como como un vegetal». Además de ser difícil para ella hablar o comunicarse apropiadamente, también le era difícil encontrar las palabras correctas para expresar sus sentimientos. Con la música y la plasticidad cerebral se fueron creando nuevas vías de comunicación en su cerebro, así que lo primero que aprendió fue a tararear y posteriormente fue capaz de cantar usando una grabadora. Hizo grandes progresos y fue capaz de llegar a escribir canciones que a menudo hacían referencia a su rehabilitación.

Como dato curioso, durante años después del accidente Melody viajaba con un fisioterapeuta y llevaba un TENS amarrado a su cintura que producía impulsos según necesitase reducir el dolor.

En su último disco aparece esta versión del clásico Over the Rainbow, con música de Harold Arlen y letra de E.Y. Harburg, escrita como parte de la banda sonora de la película El Mago de Oz e interpretada por Judy Garland en ese celuloide.

Lesionados

footballHoy tuve partido en El Cantillo, Tacoronte, y aunque ganamos 0-3 [la primera victoria fuera de casa] no acabé con buen sabor de boca. Un jugador acabó con una contusión importante en el pómulo derecho por un codazo. No hubo solución de continuidad, sólo una pequeña epistaxis, pero el chico contaba que tenía la sensación de que se le iban a caer los dientes, probablemente debida a la irritación del nervio maxilar superior.

El siguiente lesionado iba a ser mucho más complicado, una fratura de Colles del brazo derecho por una caída. Jamás había visto una fractura de este tipo en persona, sólo en la teoría y en fotos, pero tengo que decir que es bastante llamativa. La forma en tenedor, la deformidad distal del cúbito y el radio eran exageradas. Comprobé el pulso radial para descartar compromiso de la arteria y rápidamente llamé al 112 para que se lo llevasen al servicio de urgencias para evitar males mayores.

Desde luego, en lo que va de temporada ya he tenido más lesionados graves que los que tuve en el Tenerife C la temporada pasada. Por cierto, tengo que comprar una grapadora para suturar sobre la marcha y más tensoplast que ya no me queda apenas.