Océanos de noches

Náufragos en la nocheSus ojos son dos noches sin luna ni estrellas y yo, como un marinero con rumbo incierto, en ellos naufragué. Y para mantenerme a flote me aferré a sus caderas, con uñas y dientes, hasta que quedé varado en la playa de aquellas sábanas. Y bebí de sus pechos, mordí sus labios y paseé por el húmedo jardín de su isla para poder sobrevivir.

Desde el primer momento fue la excusa para luchar cada instante como si fuera el último, dibujando una sucesión de nuevos recuerdos ya vividos. Comprobando que aún soy diestro con mi mano zurda, a pesar de la anquilosante facilidad de la costumbre, y tejí con su pelo una urdimbre de besos y un encaje de palabras, para vestir mi piel con su piel y despeinar sus sueños con mis sueños.

No es fácil cuando cada día tienes que luchar contra la naturaleza y el tiempo. Entonces rezas y pides ayuda a una deidad, pero a menudo recibes respuestas calladas y silencios elocuentes. Con el paso de los años te das cuenta que cada día estamos más cerca del final de la aventura, y ahora me gustaría poder darme un consejo: «no te permitas el lujo de sufrir».

Porque en materia de sentimientos, sufrir es una elección que sale demasiado cara.

Pensamiento del día

Paseo de neón

Lo peor que puedes hacer cuando te marcas un objetivo es que su consecución dependa de las acciones de otra persona.

Los objetivos deben ser metas que dependan únicamente de ti, de manera que si no los alcanzas será tu responsabilidad y no tendrás la excusa para echarle la culpa a nadie.

Cuando alguien te gusta es un error pensar que se trata de una competición. Todo consiste en una simple elección, y lo mejor que puedes hacer al respecto es ser natural, no aparentar y no tratar de venderte; la decisión final no es tuya, es de la otra persona.

Pensamiento del día

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No te escondas detrás de la excusa de la relatividad, es demasiado barata.

No te compares con nadie, nunca se gana o se pierde por completo.

No aspires a ser el mejor, tan sólo aspira a ser muy bueno.

Lo que pasa es que soy exigente

Tengo que reconocer que parte de mi inspiración surge del circo que es Facebook pero no siempre es así. Ayer, anoche para ser más concreto, pude disfrutar de un espectáculo surrealista a la par que histriónicamente jocoso. Pongámonos en situación: un grupo de amigas, el primo de una de ellas y yo. De pronto sale el tema de estar soltero y que no se podían explicar cómo una de ellas se encontraba en esta situación, esto último con un tono que hubiese hecho saltar las alarmas de cualquier detector de sarcasmo.

La verdad es que me interesaba saber a qué se referían, sobre todo cuando la chica puso cara de orgullo autosuficiente mientras decía que lo que pasaba es que ella era exigente. La curiosidad hizo que me abalanzarse sobre mi presa cual irbis hambriento y le preguntase qué era lo que ella pedía en un hombre.

A mí me gustan los tíos altos, rubios, fuertes, guapos, cariñosos, inteligentes y que me quieran. Ah, eso sí, que tengan pasta y que sean unos yogurines [sic].

He de aclarar que esta chica está al borde de los treinta años, lo cual no siempre presupone cierto grado de madurez mental pero podríamos decir que se debería intuir. Así que cuando escuché aquello saltó la alarma de mi detector de estupideces y le tuve que preguntar qué se suponía que ofrecía ella.

Condescendet Wonka

Creo que los allí presentes no se dieron mucha cuenta que más que una pregunta era un insulto combinado con una suave bofetada de realidad, pero sin acritud. Mi tesis es la siguiente: si pretendes engatusar a un tío que tiene dinero y dar el braguetazo del siglo, o eres un pedazo de tía buena [a mis ojos era diametralmente lo opuesto] que satisfaga los deseos eroticofestivos del muchacho o es que el pobre no es demasiado inteligente y no ve venir que eres una lagarta aprovechada.

Mira mi niño, yo tengo dos carreras: Biología y Ciencias Ambientales. Tú sólo tienes una carrera, y de tres años nada más, ¿no?

Esto lo lanzó como arma arrojadiza, la cual pude esquivar sin que me provocase ningún rasguño. Más bien contraataqué con un elegante estoque y le tuve que responder que efectivamente, Fisioterapia es una carrera de tres años, ahí no había discusión alguna. Sin embargo, yo no entendía por qué con dos carreras su máxima aspiración en la vida era [según sus amigas y su primo] encontrar un tipo rico que la mantuviese mientras pasaba todo el día con sus amigas tomando barraquitos y paseando por ahí. Tal vez le daba igual porque podría presentarlo a sus amigas como quien enseña un florero o viceversa, ser ella el florero de él.

Lo más trágico de todo es que lo que ella decía era completamente en serio, según corroboraron mis fuentes posteriormente. En aquel momento, por debajo de las risas de los allí presentes, se escuchó el sutil ruido de su amor propio resquebrajándose y se atrincheró tras la excusa de sentirse herida por haber sido llamada florero. Luego comenzó la parte más psicodélica de toda la noche, la terrible leyenda del novio muerto.

-Mira, yo tuve un novio…

-¿Y qué tal te fue con él?

-Muy bien, muy bien.

-¿Era alto, rubio, fuerte, etcétera, etcétera?

-Sí, y muy inteligente: hablaba cuatro idiomas.

-¿Y por qué no estás con él? ¿Qué pasó?

-Se suicidó.

-… ¿Pero dejó alguna nota en algún idioma de los que hablaba?

-No, ninguna.

-Entonces, ¿por qué se suicidó?

-Estaría deprimido.

-No me imagino por qué, la verdad…

Mis fuentes no han confirmado aún si esta escalofriante historia digna de una noche de fiesta de pijamas es real o no, pero la verdad es que suelta un tufo a mentira que tira para atrás. Yo opté por no seguir hablando directamente con ella porque estaba a mi lado y tenía un vaso de vidrio en la mano. No quería ser la próxima víctima de una psicópata, así que después de eso las últimas palabras que le dirigí fueron un escueto «hasta luego» y con bastante cuidado al darle un beso de despedida.

Retrato robot del novio fantasma

Yo por mi parte estoy tranquilo; si los terremotos de anoche no lograron despertarme dudo mucho que el fantasma de un rubio políglota me vaya a quitar el sueño.

Tras los barrotes

Tras los barrotes

@Ugglytruth: Detrás de toda chica que es fría… complicada… cabrona… extraña o rara… hay una historia de amor que argumenta su comportamiento.

Hoy uno de mis contactos en el Facebook ha decidido publicar una frase algo similar a esta que acabo de citar y la verdad es que no he podido evitar que dentro de mi cabeza comenzasen a moverse los engranajes chirriando como una bandada de arpías aulladoras.

Hace ya tiempo que hablé acerca del locus de control y he de reconocer que poco a poco he ido modificando esa parte de mí volviéndome cada vez más un individuo introspectivo y de locus interno. Quizás es por eso que cuando veo una muestra flagrante, y hasta casi insultante, de un locus externo se disparan mis alarmas porque una experiencia amorosa pasada es una excusa demasiado barata como para justificar una forma de actuar.

Si eres una chica fría, complicada, cabrona, extraña o rara es porque ha sido tu decisión ser así. Fin de la historia.

Las experiencias, una vez ocurren, se quedan en el pasado, no se pueden alterar de ninguna manera; podríamos decir que son imposiciones que tenemos que aceptar queramos o no. Sin embargo, la manera de analizarlas y actuar en función de ellas es una opción de cada uno. Echarle la culpa de tu ineptitud a la hora de mantener relaciones sociales o interpersonales a una experiencia sentimental pretérita no hace más que demostrar tu incapacidad para adaptarte a los cambios.

Tal vez no has sido capaz de aceptar que una relación ha acabado o que tú tienes parte de responsabilidad en que haya llegado a su fin. Siempre es mucho más sencillo echar la culpa a los demás antes que pararse a pensar en qué ha hecho uno mismo para llegar a un determinado resultado. Además, lo que quiera que haya ocurrido sucedió con una determinada persona con unas características concretas, ¿por qué juzgar al resto como si se tratase de la misma persona?

Si eres una chica fría, complicada, cabrona, extraña o rara con alguien que no lo merece eres, además de todo eso, una injusta obcecada en su estupidez.

Todos somos los segundos platos de los primeros amores, es un hecho incontestable, pero nadie merece pagar los platos que ha roto alguien antes que nosotros. Es tan injusto como ser arrestado y juzgado por el robo a un banco que no has cometido simplemente porque entraste a ingresar dinero inmediatamente después de haber huido los criminales. No tiene sentido alguno.

¿Qué cantidad de responsabilidad recae sobre mí por los actos que cometió contra ti otra persona? ¿Acaso no te has parado a pensar en que tu forma de actuar conmigo va a influir directamente sobre la continuidad o no de la relación? ¿Sabes qué es una profecía autocumplida? Pues estás forjando una con tu actitud y, lo peor de todo, es que vas a conseguir reafirmarte en lo que piensas, tendrás tu refuerzo positivo y volverás de nuevo a esgrimir tus argumentos con la siguiente víctima de tu estupidez.

Si eres una chica fría, complicada, cabrona, extraña o rara acostúmbrate a la soledad, muy pocas personas estarán dispuestas a soportarte.

Tal vez te refugies detrás de esa actitud usando las típicas excusas de «no quiero que me vuelvan a hacer daño», «todos los tíos son unos hijos de puta», «yo es que soy así y a quien no le guste que se joda», y otros tantos ejemplos. Las corazas dan seguridad porque en cierta manera protegen de las agresiones externas pero casi nadie quiere estar con una persona enlatada porque estos métodos de protección tampoco permiten que desde su interior salga nada. Es más, serás una prisionera atrapada dentro de tu propia armadura.

El miedo, el odio o el rencor no son emociones saludables porque a menudo lo que provocan es que tomemos decisiones poco acertadas. Reúne el valor suficiente, haz un ejercicio de introspección, intenta plantearte qué puedes mejorar, actúa en consecuencia y seguramente recibirás mucho más a cambio.

Si eres una chica fría, complicada, cabrona, extraña o rara deja de serlo y verás cómo el mundo te corresponderá de distinta manera.

Pensamiento del día

Muchas veces se confunde la rebeldía con el egoísmo.

En algunas ocasiones la miopía puede ser usada como buena excusa para justificar ciertos asuntos.

No puedes enfadarte con alguien simplemente porque ha tomado como un juego o un pasatiempo lo que ni tú mismo has tomado realmente en serio.