El camino

CaminoEl camino es un proceso.

Y te duele cuando llevas tanto tiempo caminando, pero sabes que llegarás a la meta y podrás descansar. Y al día siguiente de nuevo te levantas temprano, con la ilusión de llegar hasta la próxima parada, con el frío de la mañana, y el viento con la lluvia que parece que corta tus manos y tu cara. Pero estás caminando, hacia delante, y aunque a veces sea una inercia la que te mueve, sabes que es la dirección correcta.

El camino es superación.

Porque te duelen los hombros de cargar tus pesares, te duele la espalda de idas y venidas, te duelen las piernas de subidas y bajadas, o te duelen los pies de las piedras que encuentras. Porque a veces no tienes ganas, y quieres dejarlo. Pero no puedes abandonar, porque estás en medio de la nada y lo único que puedes hacer es seguir moviéndote. Porque quieres llegar, sea donde sea, pero un poco más allá, un poco más lejos, o un poco más cerca.

El camino es la compañía.

Y alguien te pone una mano en el hombro. Porque en el camino tienes a alguien, a quien sigues o te sigue, delante, detrás o a tu lado. Pero tú la has elegido, y ella te ha elegido a ti. Tu bastón es esa persona, y para esa persona tú eres su bastón. Y te pide perdón por ir tan despacio, y otras veces te jalea para que tú andes más rápido, y otras veces os sentáis al margen a ver pasar el tiempo al calor de un café con leche y un bocadillo de tortilla. Juntos el camino es distinto y no querrías hacerlo con nadie más.

LlegadaEl camino es la experiencia.

Porque el andar no es sólo la distancia, o el tiempo, o la sucesión de flechas amarillas que marcan el recorrido. Porque no es sólo la tierra y el barro que pisas, o el paisaje verde ondulante, o el cielo gris que amenaza con descargar su ira. También lo son el resto de momentos que transcurren entre etapas, los descansos, las duchas, las comidas, los ruidos y los ronquidos que no te dejan dormir.

El camino son muchas cosas que no se pueden explicar. Y da igual cómo consigas llegar al final porque, si no lo has disfrutado, tu camino ha sido en vano.

El camino es la vida. La vida es el camino. Y ambos hay que vivirlos.

Pensamiento del día

Hay días en los que parece que todo sale mal pero no te preocupes, piensa que siempre puede ir aún peor.

Un reto personal no necesariamente ha de ser cumplido, simplemente es la manera que tenemos de poner a prueba nuestra capacidad de perseverancia.

Para mí la ducha es todo un ritual; si ni el agua ni el jabón son capaces de llevarse consigo a un pensamiento entonces significa que es realmente importante.

La cita de la mañana

Corralejo, Lobos y LanzaroteSuena un pitido insistente que me resulta desagradablemente familiar. «No tenía que haberme acostado tan tarde anoche» pienso mientras me levanto mecánicamente de la cama para hacer callar al insistente despertador. Son las ocho y media de la mañana, lo sé porque ayer configuré la alarma. En mi cabeza visualizo las palabras que se van transformando en números para luego volver a convertirse en palabras de nuevo. Es curioso, porque tienen color negro y verde, y hasta textura rugosa… ¡Diablos! Estoy sentado en el borde de la cama y sigo soñando con los ojos abiertos.

Al fin consigo reunir fuerza de voluntad. Me dirijo al baño a ver si el agua logra llevarse consigo el sudor de la noche y la petición de sueño que mi cuerpo y mi mente imploran. De nuevo me ocurre lo mismo que otras veces, realizo la ablución de manera automática mientras mi mente se dedica a divagar sobre todo en general y nada en particular. La ducha es para mí tanto un lugar como un ritual a la vez, y siempre ha tenido ese efecto sobre mí, quizás porque me considero un animal acuático o porque las sensaciones que me regala el agua me hacen entrar en una especie de trance.

Una sacudida de realidad me saca de mis fantasías, ¡se me hace tarde! Tarde, aunque todavía tengo tiempo de sobra, pero tarde respecto a mi horario pactado de manera tácita. De pronto la ráfaga de aire frío, el contraste de temperatura, y me miro en el espejo. ¿Quién es ese? Reconozco el pelo corto, las familiares entradas, algunas facciones algo más avejentadas que la última vez que le miré pero… ¿Esa barba? Debería afeitarme pero no me apetece demasiado, ya lo haré mañana. Además, a ella le gusta cuando tengo barba de dos días.

Lentillas, desodorante, ropa interior, pantalón vaquero, camiseta, zapatillas… Conozco el clima, sé que rara vez deja de hacer frío por la mañana o por la noche, sólo podría variar durante el tiempo que transcurre entre esos dos momentos del día, así que agarro la chaqueta y emprendo mi odisea como hiciera el héroe de Homero al partir del puerto de Ítaca.

No me importaría que ella fuese mi sirena.

Inspiración acuática

1940.Garachico Temporal

No sé qué ocurre en la ducha, pero para mí funciona como fuente de inspiración. Debe ser el agua…

Esperar

Esperar por tu amor es aguardar una tormenta
que antes de ser furia y caos fue una tranquila calma,
pero al igual que aquel reo espera final sentencia
y que con gran vehemencia inocente se declara.

Esperar por esos labios a mi ser no apacigua
y tu piel a mi piel cual dulce tentación se antoja,
mientras llamas de inquietud de mis entrañas afloran
tratando en vano despertar de ese sueño a tu alma.

Esperar por ti es un mal capricho que se desea
como el hambriento que mira el fruto que ha madurado,
como todas esas letras que a tu nombre dan forma
y con las que mi abecedario ansía ser completado.

Pensamiento del día

Pedir una separación espacio-temporal puede ser algo más que un conjunto variables físicas.

Cuando tienes poco pelo en la cabeza el utilizar champú en la ducha pasa a ser algo opcional; a veces es más rápido usar gel y una esponja para todo.

No te preocupes, cuando todo lo demás falle siempre puedes aparentar; no queda muy elegante pero te puede sacar del apuro si no te descubren.

Los pensamientos del baño

bañoNo existe otro lugar de la casa donde se produzca una mayor generación de pensamientos. Unos dicen que en tu cuarto, cuando te acuestas en tu cama, justo en esos instantes previos a dormirte. Otros dicen que en la cocina, cuando estás fregando la loza. Es cierto, en estos lugares se generan muchos pensamientos porque son zonas de elevada actividad electromagnética dentro de nuestra vivienda, pero ninguno es comparable al baño.

Cuando te estás afeitando o cepillando los dientes, estás mirándote al espejo pero realmente no te estás mirando, estás mirando a través de él, a través de tu reflejo y estás ahondando en tu psique. Cuando estás sentado en el inodoro, no estás leyendo esa revista o ese libro, estás con la mirada perdida sobre unas páginas mientras tu cabeza está en otro lado.

Pero el mejor momento para mí, el de mayor carga metafórica, es la ducha. El agua cae sobre ti, te enjabonas, limpias tu cuerpo, pero a la vez estás haciendo lo mismo con tu mente. Piensas, desechas, limpias, creas, destruyes… Todo eso en un instante, porque son actos mecánicos a los que no necesitas prestar atención y te dejan todo el tiempo para ti y tus desvaríos.

Por si fuera poco, siempre van seguidos el momento de despertarme con el de la ducha, así que mi maquinaria de imaginería mental apenas se detiene, con todas las posibilidades que se derivan de ello. Hoy ha sido un momento del baño especialmente productivo, pero ya hablaré con cada una de las personas implicadas.