Saltar al contenido
Liberitas

Liberitas

¿Libertad de expresión o libertinaje expresivo?

  • Adiós, amor
  • Investigación
    • Mini-Congreso de Cervezas
    • El amor diseccionado
    • Sí­ndrome de Guillain-Barré
    • La resaca
    • Pink Floyd – Recuerdos de la Nostalgia

Etiqueta: diálogo

Publicado el 28 de noviembre28 de noviembre

Sobre la soledad

Light dracaena draco #noche #night #estrella #star #cielo #sky #canarias

Hay gente rara en este mundo, personas que son tachadas de locas simplemente porque quieren estar solas, necesitan la soledad autoimpuesta como parte de su vida. No tener a nadie a su alrededor, con la única compañía de sus pensamientos, sus diálogos internos, sus desvaríos o sus episodios oníricos en estado de vigilia.

Hay personas que no les da miedo estar solas, que no ven problema alguno en estar aburridas, porque quizás necesitan ese aburrimiento como parte de sus vidas. La independencia de no necesitar compañía, sino elegirla a conveniencia y no por imposición. Tener su espacio, tener su tiempo, tener un momento para estar en silencio y acallar conversaciones superfluas y demás ruidos accesorios.

Porque para esas personas a veces estar en compañía supone perder el tiempo en cosas que realmente no aportan nada a sus vidas, simplemente por exigencia social y ser educadas cuando alguien les pregunta algo y han de responder.

Y se les hace difícil.

Porque esas personas no quieren dar explicaciones del por qué de su aislamiento, pero es que tampoco pretenden ser entendidas. Simplemente no quieren estar acompañadas, no necesitan ayuda ni tienen enfermedad alguna.

A veces llega un momento en el que no necesitan a nadie a su lado, pero esto no quiere decir que no les guste la compañía y quieran mudarse al monte y vivir como ermitaños aislados y asociales. Solamente quieren estar lejos, en algún sitio, a solas consigo mismas, y no tener que andar sin rumbo ni conversar sin ganas.

Sentirse de nuevo en libertad de poder hacer lo que quieren con sus propias condiciones. Sentir que pueden coger aire y de nuevo volver a tener fuerzas suficientes para sumergirse entre tanta gente.

Publicado el 18 de marzo

En la cola

LEGO under the rainSon las nueve menos veinte, no me he movido del sitio y detrás de mí hay cincuenta personas más en la detenida procesión. En estos momentos las posibilidades se agolpan una detrás de otra: me niego a esperar tanto tiempo; bueno, no tenía nada que hacer, así que me quedo; maldita sea, no he comido nada y no me importaría tomarme un café con leche acompañando con cualquier cosa; no, si me voy tendré que colocarme al final de la cola que, en vista de los hechos, puede que sea mucho más numerosa.

Al final decido quedarme en mi sitio. Decido buscar a alguien con quien poder hablar entre los que están a mi alrededor y parecen estar más predispuestos a hacer más amena la espera. Empiezo a inspeccionar a mi alrededor.

Detrás de mí hay unas chicas con miradas de soslayo con ínfulas de actrices frustradas así que es preferible no intentarlo. Por los fragmentos de conversación que soy capaz de captar sé que acabaría con malestar estomacal por la sobredosis de superficialidad y estulticia. Además, aunque pudiese echar mano del sarcasmo y conseguir la privada diversión de reírme a su costa siento que no me apetece andar con esa clase de perspicacias a estas horas.

Justo delante hay otro grupo de chicas, se ve que son más jóvenes que los especímenes que están a mi espalda. Son un claro ejemplo de que la edad biológica no es correlativa a la madurez mental, y más si las comparamos con las gallinas que tengo detrás. Sin embargo, están hablando entre ellas y no considero correcto interrumpir su diálogo.

A mi izquierda, un chico algo mayor que yo, con barba y pelo largo recogido en una coleta. Tiene algunas canas y está escribiendo en su móvil un mensaje, así que espero a que termine para comenzar con el diálogo casual. Por suerte es de esas personas con las que casi instantáneamente sabes que te puedes llevar bien porque son capaces de entender tus bromas, tienen conversación inteligente y ganas de relacionarse.

En cosa de una hora hemos creado una suerte de pequeña república independiente dentro de la cola de gente que apenas se ha movido un par de metros. Ya no somos dos, se ha unido otro chico, el grupo de tres chicas que nos precede y una dicharachera señora mayor con muchísima verborrea. Incluso las urracas han dejado de gritar y son partícipes de mis bromas aunque no las haya invitado. No importa. Nos lo estamos pasando bien y eso es lo que cuenta.

Aún me sigue sorprendiendo que, a pesar de los problemas y las dificultades, siempre hay un momento para una sonrisa. Hay que aprovechar esos pequeños descansos, no suelen durar demasiado.

Publicado el 3 de marzo

Diálogos irreales

Agua y ledNadie puede negar que gracias a las nuevas tecnologías es muy fácil comunicarse con otra persona de manera rápida. Muy a menudo las conversaciones son diálogos escritos entre dos fotografías en una pantalla y casi nunca nos paramos a pensar en lo anodino de la situación.

Quisiera poder dejar de contemplar tu fotografía
y convertirme de pronto en una cámara entre tus manos
para así poder percibir tu tibia piel sobre la mía
aunque estuviera hecha de duro metal e inerte plástico,
y probar el agridulce sabor del sudor que regalan
los poros de tu cuerpo bajo el calor del sol de verano.

Deleitarme con tus ojos y la silueta de tu figura
siendo yo cíclope que porta un monóculo cristalino,
o percibir tu floral fragacia sin poseer nariz
digna de tales perfumes secretos y afrodisíacos
para luego grabar en mi olvidada memoria el timbre
de tu voz que despierta en el penitente tantos anhelos.

¿Cuándo dejarás de ser una fría imagen congelada,
una instantánea prisionera tras los barrotes del marco,
silenciosas palabras que se suceden una tras otra
en una frívola danza de letras a contratiempo?
¿Cuándo despertará al fin tu corazón del pesado tedio
para convertirte en un ser de carne y hueso a mi lado?

La conversación tradicional cara a cara siempre será mejor.

Publicado el 25 de junio

Ese olor

napalm-¿Lo hueles? ¿Lo hueles muchacho?

-¿Qué es?

–Amor, hijo. Nada en el mundo huele como eso. Me encanta el olor a amor por la mañana. Sabes, una vez estuve enamorado de una chica, durante meses. Cuando se fue con otro, me quedé solo. No encontré nada, ni un sólo motivo para animarme. Pero ese olor, sabes ese olor, todo apestaba. Olía como a… otra chica. Algún día esta guerra va a terminar…

[Inspirado por Apocalypse Now]

julio 2022
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031
« Feb    

Categorías

Comentarios recientes

  • franky en Aprende a suicidarte
  • franky en Aprende a suicidarte
  • franky en Aprende a suicidarte
  • Juan en Marie Laforêt – La Playa
  • Anonimo en Aprende a suicidarte

Síguenos

  • Facebook
  • Flickr
  • Vimeo
  • YouTube
  • Instagram
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
Funciona gracias a WordPress
 

Cargando comentarios...