Periodicidad de la escritura

¿Por qué no escribo tan a menudo en el blog? Muy fácil: antes pasaba tanto tiempo en el ordenador que me daba tiempo de aburrirme, ponerme a pensar en mis cosas y rescatar alguna que otra idea medianamente interesante. Hoy en día mi trabajo en Ifara, en el C.D. Tenerife, las visitas a domicilio, las extracciones de sangre y los proyectos que hay en mente no me dejan mucho tiempo libre.

He ahí la razón de por qué paso días y días sin escribir nada. De todas maneras, nadie echará de menos mis tonterías.

Regeneración de partes blandas [parte I]

El viernes me levanté un poco más tarde de lo normal porque no iba a trabajar, me iba a un curso en Las Palmas de Gran Canaria y el barco sale a las 11. El curso empezaba a las 15:30 pero no había otra opción para viajar a la isla de enfrente en otro horario más adecuado. Fui con [J] a la terminal del Puerto y estuvimos esperando hasta la hora. Mientras tando yo me entretenía preguntando a toda aquella persona con aspecto de estudiante para ver si podíamos hacer el trapiche necesario para que nos saliese el coche gratis. Al final, después de varios intentos, encontramos a un candidato que no era estudiante, pero como era menor de 26 y tenía el carnet de estudiante caducado pues lo intentamos a ver si funcionaba, y funcionó.

Día del orgullo friki

Dicen que hoy es el día del orgullo friki… Pues vaya tontería. Un friki de verdad no necesita un día para autoproclamarse acérrimo a Star Trek o Dragones y Mazmorras. Un verdadero friki lo es todos los días, defendiendo su causa y aguantando las bromas de la mayoría y la envidia de otros frikis.

Me peto a Laura

Este sí que puede ser un summer hit en toda regla, con una melodía pegadiza y una letra más acorde a los tiempos que corren.

Con todos ustedes, la versión mejorada, editada y remasterizada de Amo a Laura, Me peto a Laura:

Vía 86400.

El Código Da Vinci.zip

el código da vinciO de cómo comprimir una historia. El lunes fui al cine con [I] y conseguimos unos buenos asientos antes de que la sala se llenara casi por completo. Los dos ya habíamos leído el libro y fuimos comentando de vez en cuando los cambios que habían introducido en el guión con respecto al original. La sensación final fue la compresión de la historia, que no es que sea especialmente brillante, pero que entretiene.

Lo que más me llamó la atención, aparte del horrendo peinado que llevaba Tom Hanks, es que Audrey Tatou [también conocida como Amelie] hace un papel de tonta del culo. A ver cómo se explica que una criptóloga no diga nada más que tres o cuatro frases de idiota y no aporte nada a la historia, como sí lo hacía en el libro. En fin, teniendo en cuenta que el americano se agenció veinte millones de euros por una actuación de mierda y sin embargo la francesa ingresó un millón doscientos mil euros nada más…

No ha recibido muy buenas críticas y el hecho de abrir el festival de Cannes con esta película fue una cagada monumental. No sé en qué estarían pensando ni cuánto dinero tuvieron que usar para chantajear a la organización del festival, pero pretender que una película de este estilo fuera a recibir halagos por parte del público especializado era una pretensión demasiado elevada. 

Sinceridad brutal

sincerityLo reconozco, ese es mi problema, pero no quiero solucionarlo. A estas alturas de la película me pregunto si es un problema real, con las complicaciones derivadas de éste, o más bien es un don, una capacidad a explotar. Bien es cierto que no todos estamos preparados para conocer los sentimientos de los demás, aunque seamos tan hipócritas como para exigirles a los demás que nos cuenten cómo están o qué sienten.

La verdad nos abruma, preferimos vivir en un mar incierto de elucubraciones sobre qué piensa él o qué siente ella. Nos gusta padecer un placer masoquista generado por la duda, y también disfrutamos ocultando nuestros sentimientos a los demás, como una especie de venganza. Es una cadena de rencor, un círculo vicioso en el que no te ofrezco más que lo que tú me das, y de ahí no saldremos a no ser que uno de los dos cambie. El problema es que somos tan orgullosos que eso nunca ocurrirá.